El fantasma vivía aterrorizado por los seres humanos. Lo juro, me lo contó él mismo en una larga tertulia que tuvimos a la lánguida luz de una lámpara que tenía junto a mi cama. Era muy sensible, me confesó, ante esa manera en la que los vivos trataban de sacar provecho de los otros a toda costa.
Sesión de lectura – Microrrelato de José Ortiz Ugalde
Me senté a retomar mi lectura de El estudio de la literatura fantástica en el Caribe hispanohablante, de Josué Tañada. Reabrí el apartado sobre el estudio de Viaje a la semilla de Alejo Carpentier en donde marcaba mi servilleta y reanudé la lectura. Mientras mi mirada recorría las aseveraciones del autor sobre el cuento, me percaté de que no sólo me resultaba extrañamente familiar lo que leía, sino que podía predecir lo que seguía en el texto. “Debí colocar mal la servilleta”, pensé al principio, pero mientras más me acercaba al final, más fácil era para mí saber lo que seguiría en el texto, al punto de poder situarlo casi de manera íntegra, palabra por palabra, dentro de éste. Cuando di vuelta a la última página del capítulo, sentí que había sido una lectura redundante: parecía que había leído algo que yo mismo concebí.
Amateurismo profesional: el tercer ludismo, ¡¡¡quijotismo universal!!! (Parte III)
Collage de I. A. Bosco
El amateurismo busca el desarrollo de la conciencia total del individuo y la conciencia crítica de las reglas de la sociedad. El amateur puede darse el lujo de perder. El profesional tiende a clasificar y especializar, a aceptar acríticamente las reglas del entorno. Las Reglas provistas por la respuesta masiva de sus colegas fungen como un entorno omnipresente ante el cual se mantiene plácidamente inadvertido.
Marshall McLuhan, El medio es el mensaje (la traducción es mía)
- No existe la canción imposible.
- Toda la música es inherentemente psicodélica.
- No existe la canción imposible.
- Toda la música es inherentemente psicodélica.
Editorial (abril) – El Gran Cerebro: la encrucijada cultural de la Inteligencia Artificial (IA)
Ilustración de Darío Cortizo
La inteligencia artificial no es un sustituto de la mente humana, sino un complemento. Es la capacidad de combinar lo mejor de ambos mundos lo que marcará la diferencia en el futuro de la humanidad.
Ginni Rometty, CEO de IBM
La Inteligencia Artificial (IA) es una de las tecnologías que han transformado e impactado a la cultura y la sociedad en los últimos años. Hace unos días OpenAI presentó una nueva versión del ChatGPT —una de las IA más potentes actualmente— en la que, además de responder preguntas, traducir texto y brindar gran cantidad de información, ahora es posible el procesamiento de imágenes y el aumento en el manejo de texto para proporcionar mayor contenido. Asimismo, en esta próxima versión del chatbot se podrá apoyar al usuario con la escritura creativa, componer canciones y escribir guiones. No obstante, OpenAI advierte que el chatbot aún tiene algunas limitaciones, como sesgos sociales o indicaciones adversarias. Lo importante está en la precisión con la que se le pida una determinada tarea, por ejemplo, si lo que se busca es que escriba un soneto, es necesario realizar varios intentos en los que se acumule información acerca de las características de composición de este poema.
Para abril y amantes – Poemas de Franciso Álvarez Koki
Ortografía de tu cuerpo
Desde aquí pienso…
en los puntos suspensivos y las comas
que sólo conocemos yo y tu cuerpo.
Ahora me invade no sólo la tristeza
sino la geografía del silencio.
Crónica de un viaje a Bucarest (I)
La literatura es ciertamente un viaje con un destino incierto, aunque la reseña en la cuarta de forros del libro nos quiera indicar lo contrario y nos invite a unas cuantas certezas. Soy consciente de lo cliché que es comparar el acto de lectura con cualquier acto que implique movimiento, especialmente el del viaje. Pero aclaro, antes que nada, que no considero que la lectura sea una vacación con todos los gastos pagados, en un hotel lujoso, con un clima delicioso y mucha comida en el buffet mientras no se esté chapoteando por ahí —a saber, esa manía de que cuando nos vamos de vacaciones siempre queremos estar “chapoteando por ahí”, aunque las temperaturas y la geografía nos lo impidan—.
Cuarenta – Cuento de Diego Alexander Alvarado Pacheco
Al levantar la cabeza descubrió la cara rejuvenecida de su padre. Limpió nuevamente el espejo y escupió una amarga saliva. Es usted señor, escuchó a su conciencia. Dejó el cepillo junto a la crema dental, ambos sobre el lavadero. Quiso verse mejor en el espejo, pero se preocupaba de que su mujer pudiera importunarlo. Segundos después, acercó su rostro envejecido muy próximo al cristal y no quiso ver nada más que su mirada cansina. Retornó a su postura inicial, aunque sintió que su dignidad estaba siendo socavada por su reflejo. Ahora notó una mancha blanca sobre el cuello de su piyama. Inclinó su cabeza hacia el lavadero y dudó. Recogió delicadamente la mancha con su dedo índice. La palpó: era liviana y pegajosa. Miró hacia la puerta del baño: no había testigos. Su dedo fue engullido por su boca; saboreó, con incredulidad, aquel rastro dulce de rebeldía.
Doctor, póngame un chip – Cuento de Eduardo Honey
Aoki toma el balón y se lanza corriendo, esquiva contrincantes, uno tras otro. Está por llegar a la meta cuando da un mal paso y cae, rueda varias veces. El equipo contrario se aprovecha y toma el balón.
—¡Ahora qué, Aoki! —le gritan desde la banca. Aoki, con temor, rueda a un lado y sale de la cancha para permitir la entrada de su relevo. Lentamente, se levanta mientras llega la asistencia médica a revisar si tiene alguna lesión.
Una vez habité una isla – Poemas de Carolina Alvarado
Las nubes y yo recorremos la península
Ni las nubes ni yo escapamos del tiempo
aunque recorramos presurosas la noche
y, en una pestaña, atravesemos la luz.
No escapamos, estamos queriendo atrapar,
en sus manecillas, la mirada coqueta del futuro.
Montadas en una bicicleta, las nubes y yo recorremos la península,
roca de Júpiter, barco de coral, timón del silencio.
Ella, sus ruedas, su silla, empieza a oler a mí, olvida tu olor,
está por nacer, está por morir, está por ser ella misma.
Cuerpo, palabra, imagen: escribir el instante
Fotografía de Sarah Cruz
—¿Y si sólo fuéramos la imagen reflejada en un espejo?
Salvador Elizondo, Farabeuf o la crónica de un instante
—Entonces nada ni nadie podría jamás contestar esta pregunta.
Porque los poros o la tinta son una misma cosa. Una misma apuesta.
Luisa Valenzuela
Me gustan los libros que son más que eso. Me gusta que haya un juego en el título, en las palabras, en el libro mismo. Me gusta que un libro pueda ser muchas cosas, como lo es un poema. Me gusta tener en mis manos un entrelazamiento de cosas. Me gustan los libros de poemas que son ensayos, las fotografías que son ensayos y los ensayos que son poéticos. Me gusta masticar de todo un poco al mismo tiempo. Me gustan los enredos, los nudos, los problemas que se esconden. Me gustan las cosas que fluyen en un mismo espacio, pero un espacio sin paredes, un espacio que escapa de sí mismo. Me gustan las cosas reales que son irreales, que son estrechas y son pesadas y son angostas y son diminutas y son inmensas. Me gustan los libros que cambian a cada página; a los que cuesta no regresar, sacar la pluma, doblar la esquina. Me gustan los relatos que se cuentan en una imagen. Me gusta una imagen que cuenta relatos infinitos. Me gustan las palabras en las que el cuerpo se inserta dentro y fuera de ellas; antes, durante y después… para siempre.