Columnas

Nuestra línea editorial abarca tres grandes ejes que, a su vez, se dividen en otras disciplinas: letras (literatura, ensayo, narrativa, poesía), visualidades (teatro, cine, plástica, fotografía) y sonoridades (música, fenómeno sonoro). Mediante esta clasificación, nuestra propuesta colectiva es pensar, criticar y crear a partir de los distintos fenómenos culturales y artísticos de nuestro presente, siguiendo siempre una línea de pertinencia social o individual que identifique a nuestrxs lectorxs con cada publicación. Lxs columnistas de Primera Página han mantenido un espíritu reflexivo respecto a sus temáticas, afines a los valores e intereses de nuestra iniciativa, para ofrecer a nuestro público lector una serie de contenidos regulares, de calidad, con una idea definida. Cada columna de Primera Página es ejemplo de la libertad creativa de nuestrxs colaboradorxs.

Entradas recientes

La experiencia de escribir puede ser una introducción, un epílogo o una nota al pie. Qué se vivió para llegar a ese tema, qué hay detrás de los textos que leemos, dónde se encuentran las dificultades, los titubeos. El detrás de la escritura es lo que se propone, lo que se borra, lo que se conversa, lo que se edita. Ese detrás también es colectivo.

Collage por I.A. Bosco

A través de unos nueve años de creación musical personal, ninguna idea sobre underground o alguna escena específica han llegado a colmar o calmar mi deseo de exploración artística. De tales lugares, he aprendido lo relacionado con aquello que no deseo hacer ni tener para mi arte. Principalmente, se encuentra aquí el no desear priorizar una estética específica y sus parámetros sobre la totalidad y multiplicidad de lo que la creación musical y el arte en general pueden lograr. Yo quiero todo, quiero la cosa en sí, quiero llegar ahí donde la música es, ahí donde el sonido es, ahí donde la ola se forma y se quiebra, ahí donde el trueno se forma y se cae. Son su formación, trayectoria e impacto lo que me interesa, esa intensidad total del golpe de la realidad, más allá de cualquier categoría o teoría, ahí donde las cosas son. Bliss y nada más que bliss. Exceso total. 

Marcela Chávez

Ilustración de Mariana Chávez

“El que mucho se despide pocas ganas tiene de irse”, expresa un conocido dicho mexicano. Solemos despedirnos despreocupadamente en el día a día, a sabiendas de que habrá un encuentro más o menos próximo con las personas, con los proyectos, con los deseos. En general, las despedidas suponen una pausa, no un final. Por eso tenemos tantas opciones verbales para ellas: hasta luego, nos vemos pronto, el particular nos estamos viendo, o cualquier forma personalizada por el afecto. Por eso un adiós casi nunca es un adiós en realidad y apenas lo decimos, conscientes de su peso.

Santiago Salinas

Detalle de La batalla de Waterloo (1815), de William Sadler

Edad de los descubrimientos

Desde pequeño tuve una inclinación por la lectura, mi madre se encargó de ello. Recuerdo un día de Reyes: desperté emocionado y corrí a la sala del departamento de mis abuelos, que estaba integrado a la casa y en donde colocábamos los zapatos. Me encontré un libro debajo de mi pantufla: Las aventuras de Tom Sawyer.

La creación musical es en particular vulnerable a caer en cierta conducta socialmente motivada que igual no carece en este punto de una trayectoria histórica que le llega a establecer no sólo como normal, sino como el único camino a tomar cuando de hacerse llamar artista musical se trata. Hablo aquí de la regresión adolescente disfrazada de rebeldía a la que se llegan a someter cuerpo y alma con variantes grados de conciencia al respecto: resulta en especial cómodo caer o dejarse llevar por ello, pues se trata de un molde al cual se puede someter al arte y al artista para que sus narrativas y trayectos se escriban solos, los resultados son garantizados. Se trata de una travesía heroica pre-empaquetada, automatizada, lista para ser tomada y actuada, el guion está ahí y sólo hace falta un cuerpo que le represente en el escenario del mundo. 

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