Voiná i mir
Detalle de La batalla de Waterloo (1815), de William Sadler Edad de los descubrimientos Desde pequeño tuve una inclinación por la lectura, mi madre se encargó de ello. Recuerdo un día de Reyes: desperté emocionado
¿Quiénes somos cuando leemos? ¿Existimos o nos mezclamos con las letras de los libros que nos observan desde la mesa de cama? En “Performaciones” acompañaremos aquellas puestas en escena que los libros nos hacen en nuestras cotidianidades, a las mezclas de vida y fantasía, a la reflexión y a la creatividad. La literatura siempre va más allá de su propia corporalidad de lomos, camisas y costuras.
Profesor, lector, paso mis días leyendo debajo de un gato. Estudiante de literaturas de tiempo completo y promotor de textos raros. Doy talleres de creación y lectura. Escritor de cuentos, una que otra novela y poemas jamás publicados.
Profesor, lector, paso mis días leyendo debajo de un gato. Estudiante de literaturas de tiempo completo y promotor de textos raros. Doy talleres de creación y lectura. Escritor de cuentos, una que otra novela y poemas jamás publicados.
Detalle de La batalla de Waterloo (1815), de William Sadler Edad de los descubrimientos Desde pequeño tuve una inclinación por la lectura, mi madre se encargó de ello. Recuerdo un día de Reyes: desperté emocionado
Tengo un defecto, o así lo he catalogado. Mientras estoy leyendo voy contando las páginas, no tan recientemente como creerán, pero se vuelve un fastidio cuando estoy a cien páginas de acabar. Mi lectura se
En ocasiones he ido por la vida tratando de capturar recuerdos: de pronto me asalta la necesidad de capturar uno, así que miro a mi alrededor, encuentro algo que me llame la atención y lo
Una vez jugué un juego de esos que surgen en la borrachera. Consistía en lo siguiente: se debía confesar al calor del tequila en la garganta qué clásico no habías leído, te había aburrido y
El tren que nos ha sacado de la ruinosa y olvidada Bucarest ha frenado de golpe. Ya hemos recorrido los siempre disputados Cárpatos, las llanuras húngaras, y subimos por las montañas eslovacas hacia el corazón
He leído en bastantes lugares, especialmente en redes sociales, que la ciudad es aquel libro que se lee con los pies. La fascinación urbana que la literatura despertó cumple ya un poco más de dos
Para mis familias, las designadas y las escogidas. Comienzo por escribir esto la noche antes del viaje. Saldremos temprano, nos hemos citado a las 6:40 y pensamos estar en San Luis capital por la tarde.
Quién aprobó el cáncer? ¿Quién nos soltó la esquizofrenia en el mundo? ¿Por qué vivir en tiranía? ¿Por qué existe el dolor? ¿Por qué tengo toda una vida para aprender y después, en un instante, todo se acabe y eso se borre de mi mente? ¿Por qué tener consciencia de mi existencia y, peor aún, de mi inexistencia?
La literatura es ciertamente un viaje con un destino incierto, aunque la reseña en la cuarta de forros del libro nos quiera indicar lo contrario y nos invite a unas cuantas certezas. Soy consciente de
Para Davo y Vero, desde Arrakis con amor. ¿Cómo hablar sobre ti, David, si sólo han pasado cinco meses? De ti he heredado algunas “costumbres heroicamente insanas”, como afirma López Velarde, pero para este texto
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GRACIAS