En ocasiones he ido por la vida tratando de capturar recuerdos: de pronto me asalta la necesidad de capturar uno, así que miro a mi alrededor, encuentro algo que me llame la atención y lo observo con intensidad, trato de memorizar todo lo que lo construye, y de repente tengo un recuerdo sin sentido ni significado, pero que habita en mi mente. La primera vez que lo hice fue a mis ocho años, iba con la hermana de mi abuela al centro de la Ciudad de México, la tía Ali. Me llevó en un camión colectivo que pasaba detrás de la casa de los abuelos y toma todo el Eje de la Merced, una de las avenidas que atraviesan el primer cuadro urbano. Nos bajamos en la calle de Emiliano Zapata, que se convierte en la de Moneda conforme se acerca a Palacio Nacional y ahí vi una de las farolas, coronada por un dragón (o quizá un delfín medieval), y la observé con tanta insistencia que aún hoy puedo verla encendida en medio de las neblinas de mi memoria.
Categoría: Letras
Un panorama de amplio espectro en torno al fenómeno de la palabra escrita
“Muerte caracol”, novela descuartizada
Él es un lector compulsivo, ahora que lo piensa no sabe si su tendencia a la soledad lo ha hecho leer tanto o fue la lectura la que lo hizo un solitario.
Ivonne Reyes Chiquete, Muerte caracol
En Edipo Rey, Sófocles demostró que la tragedia ofrece posibilidades más allá de su estructura clásica. Con un inicio in media res, de modo que su protagonista tenga que descubrir los acontecimientos que lo han llevado hasta el punto actual, no sólo jugó con los conocimientos del público sobre el personaje mitológico, sino que sentó las bases para un género que nacería mucho más adelante: la novela policiaca. En Muerte caracol (UANL, 2023), Ivonne Reyes Chiquete experimenta con los clichés del género para cuestionar las ideas preconcebidas de los lectores. La novela, ganadora del premio Una vuelta de tuerca en 2009 y recién reeditada por la Universidad Autónoma de Nuevo León, es más que mero entretenimiento; nos invita a reflexionar sobre la maldad humana, la violencia contra las mujeres y la influencia de los productos culturales en la formación de la personalidad.
Recordatorio de placeres (I)
La idea de escribir acerca de los placeres surgió a partir de dos sucesos. El primero de ellos responde a una necesidad personal de reiniciar luego de un periodo dedicado a la lucha contra la desesperación y la tristeza. Digo necesidad porque partió de un ejercicio de contemplación que derivó en un hilo de pensamientos dedicados a momentos bellos de la vida. Y la contemplación es una necesidad. El segundo es un ejercicio de tipo literario. Con un profesor hablamos acerca del autorretrato de Hugo Hiriart, en el que traza una imagen de sí mismo a partir de las cosas que le gustan. Algo parecido intento hacer aquí. Aunque más que gustos, placeres. Más que placeres, recuerdos. Más que recuerdos, recordatorios.
Cosas Inmortales – Poema de Yuleisy Cruz Lezcano
Entre lo que anhelo
cosas inmortales.
El grato vivir que aleja
el vivir muerto,
la fatiga de las abejas
y de las aves migratorias.
La Matrix de la postmodernidad ¿Vivimos en una realidad aparente? – Ensayo de Pilar Llada Cienfuegos
En aquel Imperio, el Arte de la Cartografía logró tal Perfección que el mapa de una sola Provincia ocupaba toda una Ciudad, y el mapa del Imperio, toda una Provincia. Con el tiempo, estos Mapas Desmesurados no satisficieron y los Colegios de Cartógrafos levantaron un Mapa del Imperio, que tenía el tamaño del Imperio y coincidía puntualmente con él.
Jorge Luis Borges, “Del rigor en la ciencia”
En la fábula “Del rigor en la ciencia”, Borges ya planteaba la problemática del rigor científico que busca apartarse del sentido literal de lo considerado como “cierto”, para sustituir de manera exacta y detallada la realidad del mundo. Sin embargo, la ciencia (aun con toda la rigurosidad que la sustenta) sólo ha logrado proyectar una representación simbólica de una “supuesta realidad” supeditada a diversos criterios y convenciones que han acabo por distorsionarla, convirtiéndola en una mera simulación de lo real:
Morder, pellizcar, arrancar: el mundo de las manías corporales
Ilustración de Mariana Chávez
Adoro el cuerpo. Porque la carne es honesta y los órganos no mienten.
John Keats
Te miro el pelo. Apenas y ha cambiado. Si te fijas muy de cerca, podrás ver que las ondulaciones que tienes ahora continuarán formándose, sin importar con cuántos tijerazos las atravieses. Me pregunto si ya tienes manías corporales. Recuerdo entonces que te estiras el lóbulo de la oreja a menudo, que te gusta doblar el cartílago a tu propio ritmo. No sé por qué lo haces mientras bebes agua o leche, qué hay en eso que te calma.
La tragedia tiene hambre: “Seis ensayos sobre la violencia”, de Rafael Acosta
¿Qué de tragedia personal, subjetiva, hay en aquellas brutales desdichas de nuestra realidad? ¿Cómo marcan los estragos de la violencia nuestros cuerpos y espíritus? ¿Queda algún componente humano en las personas después de la violencia? Seis ensayos sobre la violencia (UANL, 2023), de Rafael Acosta (Coahuila, México, 1981), explora estas preguntas de golpe, en caliente, sin miramientos ni entredichos, porque la respuesta ya se sabe de antemano: la muerte ronda y a veces recoge sólo aquellos recovecos sensibles de nuestro ser. Cuando eso sucede, todo ha terminado: el cuerpo queda condenado a ser sólo cuerpo, a sobrevivir en las zonas liminales donde no puede ser considerado víctima ni victimario.
Presencia/complementariedad/memoria – Poemas de Ximena Cobos Cruz
Pequeñas escenas de lo majestuoso
El sincrético existir de las ballenas
pulsar sonoro habitando sus pulmones
eco magnetizado es su presencia
Lengua negra de un búfalo que es eco ancestral entre las rocas
Desencantamientos – Haikús de Irelis González Malavé
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La flor derrama sus gotas de rocío. Luto en el jardín.Léase en caso de subversión: “Oscura punta”, de Ethel Krauze
En términos simplificados, el falocentrismo establece que el falo, como símbolo, es el centro de la construcción social, psíquica y organizacional humana. Con todas sus implicaciones, el falocentrismo es consecuencia de la concepción patriarcal que dicta la jerarquía del hombre en el mundo. Visto a la inversa, la ausencia de carácter dominante y violencia en un hombre atenta contra su supuesta superioridad “inmanente”: “Los hombres no pueden ser hombres, sólo eunucos, si no tienen el control”, afirma Susan Falaudi en su libro Stiffed: The Betrayal of the American Man. El falo simboliza esas posibilidades: opresión, poderío, yugo, supremacía. En su más reciente obra poética, Oscura punta (Editorial Universitaria de la Universidad Nacional Autónoma de Nuevo León, 2023), Ethel Krauze (México, 1954) se suma a las discusiones en torno a estos temas: la dominación masculina, la violación, el falocentrismo y la opresión de las mujeres.