Etiqueta: Fútbol

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Fútbol: la escisión entre espectáculo y realidad || José Dehilario

A mí no me gusta jugar futbol. Soy malísimo. Cuando intento un disparo a portería, sale un centro. Cuando intento un centro, sale un despeje, y en la mayoría de ocasiones no me sale absolutamente nada. Mi poca habilidad para jugar fútbol pronto se convirtió en desagrado hacia practicarlo e incluso a verlo. Me aburría ver partidos de fútbol y, guiado por una ligera sensación de despecho, despreciaba a los que lo veían.

Esto cambió, hace cerca de un año, cuando tuve una cita con mi dentista. No fue el dentista el que me cambió de opinión. Fue una pequeña televisión que tenía en su sala de espera. Era una pequeña pantalla ubicada justo enfrente del sillón en el que estaba sentado y era la única fuente de entretenimiento en la habitación. Cuando vi que mi teléfono tenía 10% de batería, me di cuenta que iba a tener que “disfrutar” lo que sea que saliera de esa pantalla hasta que llegara mi turno. Imagínense mi cara de fastidio cuando anunciaron la transmisión de Islandia contra Inglaterra.

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La ilusión nacional de un pueblo y la cronología de una serie de fracasos (I)

Año 2014. El locutor de radio y director de cine Olallo Rubio logró armar un documental cronológico del camino de México al dolor del fracaso y el inicio de una nueva esperanza en el ámbito deportivo. Cabe mencionar que no soy pambolero y mucho menos experto en fútbol, sin embargo todo lo que escribo aquí es gracias a «Ilusión nacional» de Olallo Rubio que me llevó de la mano para poder saber más de la historia de nuestra selección mexicana.

Comencemos…

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Los límites del fútbol (o una propuesta para ver un partido)

Límites. El ser humano busca constantemente quebrantar sus fronteras para expandirse en su ínfima totalidad -en otros casos quizá políticos, sólo quizá, demande lo contrario…-. La oposición entre lo finito y lo infinito entra en juego. La aparente clara e ingenua certeza de sus diferencias -así como del blanco y del negro, lo culto o lo popular- se burla de nuestra capacidad de detenimiento reflexivo para dar paso a la certidumbre de lo absoluto.

La esfericidad encierra aquello constante, sin límites, cuya finalidad es esconder en sí misma los misterios que, desde nuestra propia linealidad, jamás podremos descubrir por completo. En el fútbol, el balón no sólo representa la esfera perfecta que cualquiera desea poseer, sino que trasciende al simplismo lúdico o de entretenimiento. He aquí que se adecua perfectamente la rúbrica de Juan Villoro: Dios es redondo.

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¡Ay, ay, ay, ay! Canta y no llores: El otro himno del fútbol mexicano

Francia 98’. El marcador empatado a uno. Al inicio del segundo tiempo México había logrado tomar la ventaja gracias al gol de “el Matador”, mismo que los alemanes lograron igualar media hora después. Los verdes comienzan a dominar el partido y en la tribuna se hacen presentes las ilusiones de superar a una de las mejores selecciones del mundo y avanzar al mítico quinto partido.

Minuto 86. Olivier Bierhoff remata de cabeza y el balón termina en el fondo de la red custodiada por Jorge Campos. 2-1. El árbitro finaliza el partido: Victoria de Alemania. El tricolor llora desconsolado en la cancha. De pronto, entre el público se escucha que alguien canta. Poco a poco toda la porra se le une. Segundos después, el Stade de la Mosson retumba con la melodía del Cielito Lindo.

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La visa es redonda

Texto: Tonatiuh Teutli.

Fotógrafo: David Polo http://davidpolofoto.tumblr.com/

El viento se deja sentir con  fuerza y revuelve la tierra de la cancha llanera que a su lado derecho, en lugar de la zona del técnico y las bancas, está cuidada por  pequeños cuartos en obra negra, a media construcción, a medio camino como haciendo homenaje al tránsito de todo aquel que pasa por aquí.  Los cuartos están llenos de varillas y alambres, uno que otro bote vacío y mallas que cubren la pared que da hacia la zona de juego. Sólo hay tres migrantes en los lados de la cancha, dos jóvenes que escuchan música proveniente de un celular y un hombre, mucho más maduro, que está sentado al borde de uno de los cuartos y que me sigue con la mirada cuando llego a caminar dentro de la cancha. Mi experiencia me dice que es más fácil platicar con el hombre solo que con aquel que ya tiene compañía.