Hace un mes, se entregaron los prestigiosos premios Óscar. Este año, la ceremonia presumía de ser especialmente “inclusiva”, sobre todo en lo que a representación femenina detrás de las cámaras se refiere: por primera vez, dos mujeres, Chloé Zhao y Emerald Fennell, se disputaban la estatuilla. Además, tanto Zhao como Fennell contaban con reconocimiento en las categorías de mejor película y de mejor guion —adaptado y original, respectivamente—. Finalmente, se hizo historia: Chloé Zhao se llevó el Óscar a casa, convirtiéndose así en la segunda directora en conseguir tal logro. La Academia puede dormir tranquila y ponerse la medalla de inclusividad. Los medios se hicieron mucho eco de la condición de Zhao como “mujer” y “asiática”, menos de su habilidad como directora o de aquello que la distingue de los demás nominados en esta categoría. ¿Están condenadas Zhao y Fennell a acabar en la categoría de “directoras mujeres”? Esperemos que no.
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Hablemos de moda
Gilda, Lo que el viento se llevó, El Mago de Oz. Cuando pensamos en estos tres títulos, nos vienen varias ideas a la cabeza: su condición de clásicos, su reparto estelar… o su vestuario icónico. Ahora bien, a pesar de contar con conjuntos míticos, ninguna de ellas puede presumir de tener el Oscar a mejor vestuario. ¿Cómo es eso? Pues bien, porque en aquel entonces la categoría aún no había sido creada. El vestuario, ese elemento imprescindible que ha convertido tantas películas en clásicos, no fue reconocido por la Academia hasta el año 1948. Esto no significa que hasta entonces no jugara un papel clave. En este artículo descubriremos un poco más sobre su historia y su relevancia en la creación de una película.
¡Viva México, Cuarones!
La generación de los últimos 10 años podría tomar como normal que, en la actualidad, México esté nominado a «Mejor película extranjera» con Roma de Alfonso Cuarón, ya que los realizadores mexicanos han estado protagonizando las entregas de premios más importantes en todo el mundo: La Berlinale, La Mostra en Venecia, San Sebastián, Sundance, Cannes, etc. Sin embargo, lo que es de reconocerse es su protagonismo en los premios Óscar de los últimos 5 años… además, no en cualquier nominación: «Mejor director», «Mejor película», «Mejor guión» y también «Mejor fotografía».
#Oscar2019: «Mejor banda sonora», el premio silencioso
Con la 91° entrega de los premios Óscar a escasos días de distancia, en el ambiente comienza a percibirse un particular aroma cinéfilo. El público amante del séptimo arte se arremolina en las salas de cine -o en sus sillones, a través de las plataformas de streaming– para en un vistazo de última hora ponerse al día con las películas nominadas al evento más grande del mundo cinematográfico.
En las discusiones ya se debate el trabajo de los directores, actores y fotógrafos que se encargaron de crear cada uno de los millones de fotogramas que lograron embelesar al público a lo largo del año. Ya están dispuestos los reflectores y la especulación gira en torno a los «premios gordos»: Mejor actriz y actor, mejor director y, claro, mejor película. Sin embargo, anda rondando por ahí también la premiación de una categoría que, en muestra de la más curiosa ironía, generalmente acude a la ceremonia de premiación envuelta en el más hondo silencio.
«Un asunto de familia»: orfandad, otredad y elección
«A veces es mejor escoger a la familia.»
Los Globos de Oro son la antesala de los premios Oscar. No es desconocido que la película japonesa Un asunto de familia (2018) ha sido una grata revelación a partir de su amplio reconocimiento en dichos galardones. Ganó además la Palma de oro y compite por el Oscar a mejor película extranjera. El filme de Hirokazu Koreeda es, en definitiva, una pieza entrañable, conmovedora, sensible y fluctuante entre lo «bueno» y lo «malo» de las categorías éticas. La película se estrena en México el día de hoy, 14 de febrero.
El vicepresidente: más allá del poder
Dick Cheney fue secretario de defensa y vicepresidente en gran parte de los mandatos republicanos en los E.U. desde Richard Nixon hasta George W. Bush. La guerra de Vietman, El Watergate, el ataque al WTC en Nueva York, la invasión en Irak, las prisiones en Guantánamo, el exilio y asesinato de Sadam Hussein, la caza, la muerte y captura de Osama Bin Laden, son sólo algunos de los «logros» dentro del portafolio de Cheney; todos como parte de las decisiones que se llevaban a cabo dentro de un cuarto de guerra dentro de las instalaciones del Pentágono.
Cuando George W. Bush le pidió personalmente a Dick Cheney que fuera su vicepresidente sabía perfectamente que sería el títere que serviría como portavoz y ejecutor de órdenes que previamente recibiría. El ya experimentado republicano se había asesorado jurídicamente en el cambio de algunas leyes constitucionales, donde, abusando de la confianza y pusilanimidad de Bush, las alteraría para que el ejecutivo tuviera todo el poder de decisión y así Dick ser la mano que mecería la cuna en el gobierno de E.U.
¿Qué hice para merecer un amor así? El verdadero discurso de La chica danesa
Para Susy
Dejando de lado el impecable trabajo actoral de Eddie Redmayne en La chica danesa, la Academia premió en su personaje el discurso políticamente correcto (y necesario) respecto a los derechos de las personas transexuales, el retrato del drama vivido por estos individuos que necesita ser representado para asimilarse en la sociedad (una de las virtudes del arte).
¿Qué se premia, además de su talento, en el personaje interpretado por Alicia Vikander? ¿Quién es Gerda Wegener, la esposa del exitoso pintor Einar Wegener, que al final de la película se ha convertido en Lili Elbe?
Sin soslayar la importancia del tema de la transexualidad en la película, sostengo que su verdadero valor (su valor de universalidad), reside en otra cosa, y que el personaje verdaderamente admirable de la historia es Gerda quien, en términos puramente estructurales, es quien lleva la acción dramática, frente a Lili que, en términos puramente éticos, no es un personaje demasiado admirable.