Para Susy
Dejando de lado el impecable trabajo actoral de Eddie Redmayne en La chica danesa, la Academia premió en su personaje el discurso políticamente correcto (y necesario) respecto a los derechos de las personas transexuales, el retrato del drama vivido por estos individuos que necesita ser representado para asimilarse en la sociedad (una de las virtudes del arte).
¿Qué se premia, además de su talento, en el personaje interpretado por Alicia Vikander? ¿Quién es Gerda Wegener, la esposa del exitoso pintor Einar Wegener, que al final de la película se ha convertido en Lili Elbe?
Sin soslayar la importancia del tema de la transexualidad en la película, sostengo que su verdadero valor (su valor de universalidad), reside en otra cosa, y que el personaje verdaderamente admirable de la historia es Gerda quien, en términos puramente estructurales, es quien lleva la acción dramática, frente a Lili que, en términos puramente éticos, no es un personaje demasiado admirable.
Gerda le pide a su marido un día que se ponga las medias y los zapatos de su modelo para poder trabajar en su retrato antes de que ésta llegue… poco después, frente a la negativa de Einar de asistir a eventos sociales donde «tiene que representar un papel», ella le sugiere que vaya como otra persona… él asume la personalidad de Lili, y al final de la fiesta se besa con un hombre, que reconoce su identidad. A raíz de este suceso, Einar le revela a Gerda que Lili es su verdadera personalidad y que el amigo de su infancia de quien tanto le ha hablado, fue en realidad su primer amor… y Gerda ayuda a su marido a devenir mujer…
Unas noches después de que Gerda haya usado a su marido para retratar las piernas de su modelo, lo nota perturbardo… ¿te pasa algo? le pregunta, para luego afirmar: soy tu esposa… siempre sé lo que te pasa. Y la grandeza del personaje reside en que estas palabras no son una afirmación retórica; Gerda no le sugiere a Einar posar de mujer porque lo necesite, sino porque, en el fondo, presiente que lo desea, y durante toda la película, Gerda se dedica a cumplir los deseos de Einar, que él es incapaz de llevar a cabo. Gerda ama a Einar… Einar la necesita. Lo que se premia en la actuación de Alicia Vikander es la representación del amor.
¿Ama un bebé a su madre? No la ama: la necesita. En el largo camino de la vida, el sujeto aprenderá a amar a su madre, cosa que sólo puede decirse que ha logrado cuando sus acciones reflejan la preocupación por aportar un gramo de felicidad a su vida. Y es que procurar la felicidad del otro, sin exigir nada a cambio, eso es el amor, y es lo que sí siente una madre por su hijo, aunque también tenga que pasar por un proceso de purificación, que se consuma cuando lo deja ir, el mayor acto de amor. Amar es ver al otro como fin, no como medio; Einar durante toda la película utiliza a Gerda como medio.
No podría exigírsele más a la niñita pequeña y asustada que Lili nunca deja de ser. Los padres no aparecen físicamente en esta película, pero se hace referencia a la maternidad de manera insistente. Antes de morir, Lili relata a Gerda un hermoso sueño donde su madre la mece, siendo bebé y, mirándola amorosamente, la llama Lili. ¿Qué hice para merecer un amor tan grande como el tuyo? le pregunta a Gerda, y en una primera impresión, contesto enojado: ¡nada, maldito egoísta! ¡No ha conocido ese amor! Pero entonces Gerda entró dentro de mí y contestó con la sabiduría del amor, que no pide nada más cambio: simplemente, ser tú. Ella es capaz de amar a un extremo heroico, y no necesita nada más: la hace feliz la felicidad de Lili. Ella por su parte, no era capaz de amar, por no haber superado este estadio, me atrevería a decirlo, edípico, del que sólo podía salir volviendo a nacer, asumiendo su verdadera identidad como mujer, y este regalo se lo da Gerda. Lili ha recorrido un largo camino para ser ella misma y, por ende, para aprender a amar aunque, cuando finalmente lo logra, cuando está lista, muere, quizás porque el mundo no estaba preparado para ella (pues no debe ser visto con ojos inocentes este hecho; la vida no tiene la obligación de tener un discurso, pero el arte sí).
La chica danesa no se trata de un transexual luchando contra la discriminación, sino del drama clásico del erastés y el erómenos, el amante y el amado; es una reflexión de largo alcance sobre el amor y la necesidad, y la relación del amor con el autoconocimiento y la aceptación.
La chica danesa no se trata de un transexual luchando contra la discriminación, sino del drama clásico del erastés y el erómenos, el amante y el amado
Sería injusto si no reconozco los actos de amor de Lili. Al principio de la película, trata de ayudar a Gerda a que sus pinturas se vendan, y más adelante, cuando ha renunciado a su arte, se convierte en su devota ayudante. Y, por supuesto, cuando se ha dado cuenta que no hay vuelta atrás, le dice a Gerda: Me tengo que cuidar a mí misma… no te puedo dar lo que tú quieres, lo siento. En ningún momento Lili le miente a Gerda, y le hace el regalo de entregarle el secreto de su ser, a partir del cual Gerda finalmente puede pintar algo de valor. Y puede pintarlo porque su modelo es el ser que ama, pintado como realmente es. «Me hiciste más bella, más fuerte», le dice a Gerda, pero lo que éste ha hecho es pintar a su amor como realmente es, pues la única forma de ver algo como realmente es, es amándolo.
La grandeza del personaje reside en que no es una representación simple del amor, sino que toca sus aristas más complejas.
Resulta muy impactante ver como Gerda se mantiene a lado de Lili cuando ya no es su marido… ya no es el hombre que conoció. ¿Significa esto que Gerda amaba algo que nunca existió? ¿Gerda amaba a Einar? La grandeza del personaje reside en que no es una representación simple del amor, sino que toca sus aristas más complejas. ¿Podría deducirse en el fondo un motivo egoísta de parte de Gerda? ¿Empuja a Einar a convertirse en mujer para tener un modelo que pintar? Pero aquí la verdadera pregunta es: ¿por qué lo tiene que pintar así? Casi al final de la película, Lili le dice a Gerda: no eran Einar y tú, éramos tú y yo. El amor de Gerda va más allá del amor sexual, ella ama el alma de Einar (es decir, ama a Lili). El trabajo de pintar a Lili y de ayudar a Einar en su camino a devenir en ella, son la misma cosa, la búsqueda del amante por develar la esencia del amado, por desnudarlo en cuerpo y alma y contemplarlo completamente, sin ningún disfraz. Quizás en esta complicada representación radica el verdadero valor de la película para la legitimación del movimiento LGBT; no en la representación de la vida de un transexual, sino en la representación de un amor que va más allá de los «constructos culturales del patriarcado» y de «la razón de la biología». El amor de Gerda es un amor más allá del bien y del mal, más allá de la ley, más allá del género. En el amor de Gerda se confunden el amor de la madre y el amor de la amante. El psicoanálisis propone que amamos a los seres que recuerdan a nuestros padres… pero quizás la madre es, más que el modelo de lo que vamos a amar, el modelo de cómo amar, y si la introyección del padre en la psique del sujeto es el origen de la conciencia moral, la introyección de la madre es el origen de la capacidad de amar, mirar al ser amado y reconocerlo como lo que es, sentir un deseo irresistible de contribuir a su felicidad, a que su ser se desarrolle, y luego dejarlo ir. Gerda ama a Lili ni como hombre ni como mujer: la ama como ser humano.
Autor: Ángel Antonio de León Actor, director, dramaturgo. Escritor aficionado, amante de la belleza y el psicoanálisis; freudiano convencido y apasionado. Estudiante de la carrera en Literatura Dramática y Teatro en la UNAM. |