Hace un mes, se entregaron los prestigiosos premios Óscar. Este año, la ceremonia presumía de ser especialmente “inclusiva”, sobre todo en lo que a representación femenina detrás de las cámaras se refiere: por primera vez, dos mujeres, Chloé Zhao y Emerald Fennell, se disputaban la estatuilla. Además, tanto Zhao como Fennell contaban con reconocimiento en las categorías de mejor película y de mejor guion —adaptado y original, respectivamente—. Finalmente, se hizo historia: Chloé Zhao se llevó el Óscar a casa, convirtiéndose así en la segunda directora en conseguir tal logro. La Academia puede dormir tranquila y ponerse la medalla de inclusividad. Los medios se hicieron mucho eco de la condición de Zhao como “mujer” y “asiática”, menos de su habilidad como directora o de aquello que la distingue de los demás nominados en esta categoría. ¿Están condenadas Zhao y Fennell a acabar en la categoría de “directoras mujeres”? Esperemos que no.
Categoría: Columnas
Cartografía febril del Cuerpo sin órganos de Deleuze
Ilustración de Carlos Gaytán
Nota introductoria: esta cartografía sobre el Cuerpo sin órganos me vino a la mente en un sueño febril, por lo que su exactitud es cuestionable. Yo tampoco sé a qué se refería Deleuze.
«¿Adónde vas tan sola?»
Según un estudio de la Organización Mundial de la Salud, el 30% de las mujeres adultas han sufrido violencia física y/o sexual por parte de su pareja. La Organización de las Naciones Unidas añade: de las 87 000 mujeres asesinadas en 2017, se estima que más de la mitad fue en manos de un miembro de su familia. Con la pandemia del COVID-19, la situación ha empeorado. Quizás inspirado por la realidad, el cine de terror y criminal parece haber reservado a la mujer el papel de víctima (a pesar de que el 80% de los crímenes van dirigidos a hombres). En otros artículos se han discutido los motivos detrás de esto, así como la evolución de mujer en apuros a final girl, figura tan controvertida como empoderadora. Sin embargo, hay algo que se nos escapa: estas ficciones no tratan la violencia doméstica, sino que nos muestran a mujeres solas que, casualmente, tienen la mala suerte de encontrarse con un perturbado mental. ¿Qué quiere transmitirnos esto? El mensaje parece claro: éste no es mundo para una mujer sola.
Facebook Ads y el panóptico digital
Ilustración de Carlos Gaytán
El panóptico de Bentham reinterpretado por Foucault es una de las estructuras más simples y más complejas a la vez. La idea de que pueda existir una estructura penitenciaria capaz de vigilar sin vigilar, de castigar sin castigar, de controlar sin controlar, es, por lo menos, tenebrosa. No es una mazmorra ni un calabozo maloliente cuyo carácter es el olvido al que condenaron a Edmundo Dantés. No es, tampoco, una simple prisión-universidad del crimen con celdas separadas y deprimentes como en The Green Mile. Es, de hecho, una proeza arquitectónica y estructural distintiva del poder. En ella, los prisioneros no pueden saber si están siendo vigilados o no, si su comportamiento será susceptible de castigo o si sus captores están planeando algo. El elemento más reconocible del panóptico es que actúa sobre el cuerpo, encerrándolo, pero también sobre todos los estados mentales que permitirían la rebelión en primer lugar. La disciplina no tiene límites.
De «Ghost in the Shell» a “MONTERO”. La creación de nuevxs sujetxs
Ilustración de Carlos Gaytán
Describo, en seguida, la creación paralela de dos sujetxs que pertenecen a las condiciones de su ficción: Motoko Kusanagi, de Ghost in the Shell (Mamoru Oshii, 1995), y Lil Nas X en su nuevo video «MONTERO (Call me by your name)» (2021).
Gay, «pero no demasiado»
“Estamos hartos de ver esos estereotipos del mariquita gracioso en el cine y la televisión, que nadie toma en serio”, dice el activista por los derechos LGTBI Gabriel J. Martín. En efecto, durante muchos años, la representación de los hombres homosexuales en la gran pantalla ha estado exclusivamente ligada a la pluma o al amaneramiento. ¿Qué papel ocupa ésta en la reivindicación del colectivo? ¿Se debe entender el estereotipo del sissy, presente desde el cine clásico de Hollywood, como una reducción simplista fruto de la ignorancia? ¿U oculta algo más?
¿Cómo el deseo se convierte en fantasía y cómo la fantasía se convierte en sexualidad?
Ilustración de Carlos Gaytán
La razón del deseo
Buscar entender en el deseo alguna razón lógica es un despropósito, pues su punto de partida no es cognoscible; incluso, de poder cognoscerse, estaría volcado sobre sí mismo, extendería raíces desconocidas en la abertura del abismo de por sí ininteligible. Si se busca, por otro lado, el devenir deseo, se puede hallar la propia condición deseante como último resultado de todas las disposiciones gestálticas que lo conforman. La voluntad sólo puede ordenar desde el interior del vacío. Esa disposición corre el riesgo de desaparecer en cuanto forme parte de un fenómeno inteligible.
El vampiro: De monstruo a héroe
«El capital es trabajo muerto que, al modo de los vampiros, vive solamente chupando trabajo vivo, y vive más cuanto más trabajo chupa», dijo Karl Marx. La referencia a la criatura fantástica no debería sorprendernos; desde mediados del siglo XIX, la leyenda del vampiro forma parte de la cultura occidental, bien como metáfora, bien como inspiración para novelas. El cine lo ha convertido en uno de sus protagonistas imprescindibles; de hecho, Drácula es el personaje literario más adaptado. Hoy, es una figura romántica y liberadora de los oprimidos. No obstante, cuando en la Inglaterra victoriana Stoker y Le Fanu escribieron sus novelas vampirescas, tenían otras intenciones en mente. Si nos remontamos aún más atrás, la leyenda surgió como explicación a ciertas pandemias en la Europa del Este. ¿Cómo ha ayudado el cine a la evolución del mito?
Morir en el «slasher»: Violencia y roles de género
¿Quién comete más crímenes violentos, los hombres o las mujeres? Las estadísticas confirman, año tras año, que los hombres (nueve de cada diez reclusos en España, por ejemplo, son hombres). Ahora bien, ¿quiénes son las víctimas más numerosas de dichos crímenes? Nuevamente, los hombres. En 2017, el 80% de las víctimas por homicidio fueron hombres, según un informe de la ONU. Sin embargo, la percepción social es muy distinta. Dana M. Britton, en su libro The Gender of Crime (2011), cuenta cómo se tiende a pensar que las mujeres sufren más delitos que los hombres. Esto repercute directamente en la sensación de seguridad de las mujeres en las ciudades; así lo confirma las encuestas de victimización como la realizada anualmente por el Ayuntamiento de Barcelona. No tenemos más que dirigir nuestra mirada a la pantalla: géneros como el slasher (películas sobre asesinos en serie) o el thriller se recrean en la muerte de las mujeres (tardan el doble en morir), a quienes humillan y reivindican simultáneamente. Esto cristaliza en la ambigua figura de la final girl. ¿Por qué percibimos la muerte femenina de una manera distinta?
Prótesis y deseo: ¿Cómo el juguete sexual es parte de nosotros?
Ilustración de Carlos Gaytán
¿Qué es el juguete sexual sino una prótesis paródica de nuestra propia capacidad de excitación? El dildo, como materialidad semiótica del falo, es sólo un comprimido de silicona médica que por su limpieza, fácil manejo y adaptabilidad térmica es el juguete sexual por excelencia. Algunos fabricantes que incluyen componentes mecánicos en sus artefactos o buscan causar sensaciones más duras con sus productos finales, deciden implementar el plástico ABS, el cual permite ocultar los componentes frágiles del juguete y brindar una sensación distinta al tacto de aquellxs quienes buscan más solidez en su existencia erótica.