Categoría: Columnas

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Roman Holiday peinado

De símbolo de poder a icono: ¿por qué nos gusta imitar el peinado de nuestros ídolos?

En los años noventa, la sitcom Friends reinaba la televisión. Los espectadores no sólo seguían la serie religiosamente, sino que se inspiraban en el estilo de sus protagonistas y además lo emulaban. Uno de los casos más claros es el peinado llevado por el personaje de Rachel en las primeras temporadas. Fueron tantas las mujeres que se inspiraron en él que hasta la propia serie hizo un guiño a ello. Esta historia no es una excepción, puesto que pelo y personalidad han ido siempre ligados. Con el cine de Hollywood y la cultura del estrellato, el peinado pasó a ser uno de los aspectos más representativos de las celebridades. Quizá no podemos llevar su mismo estilo de vida ni permitirnos su ropa de diseño, pero sí podemos pedir al peluquero que nos peine como ellos.

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Póster de Frankenstein de 1931 monstruo

El monstruo en el cine de terror: ¿a qué tememos?

Con un 12.72% de cuota de mercado en 2021, el terror es uno de los reyes del cine. Desde las primeras películas mudas hasta éxitos recientes como Midsommar (Ari Aster, 2019), es evidente que miedo y entretenimiento van a menudo de la mano. Pero el horror no es posible sin algo que lo provoque; el monstruo, aquella criatura degenerada y disruptora del statu quo, se ha erigido como protagonista indiscutible del género. ¿Dicen estos monstruos algo sobre los miedos de su era?

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Carrie_Brian De Palma_1980_menstruation

Menstruantes y monstruosas: la regla, ese gran tabú

Red (Domee Shi, 2022) es la primera película de Pixar en hablar abiertamente sobre la menstruación. Su éxito es relevante no sólo para la animación infantil, sino para todo el cine en general. Aunque ocupa un papel central en la vida de la mitad de la población, menstruar sigue siendo tabú. Según un estudio realizado por Clue, en el mundo existen hasta cinco mil eufemismos para hablar de la regla sin mencionarla. En tal ambiente, no debería sorprendernos que, históricamente, el cine y la televisión hayan ignorado tratar el tema de la regla, a no ser que sea a modo de recurso cómico. Sin embargo, en géneros como el terror, la menstruación y la sexualidad femenina se han tratado desde un nuevo ángulo: lo monstruoso.

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La explotación del freelancer y la revolución por venir

Ilustración de Carlos Gaytan

Ya están endeudado’ hasta tu’ hijo’, eh.
Loco, pero pa’ ti es trono.

Yung Beef

No es un secreto ni un esoterismo que el trabajo en nuestra época se ha convertido en una categoría tortuosa para la mayoría de personas. Trabajar ya no es, como en los setenta, prestar un servicio completo por un tiempo considerable a cambio de seguridad salarial durante y después de la vida productiva. La figura del trabajador se convierte paulatinamente en la del freelancer. El trabajador pasa de entregar energías concretas a entregar energías abstractas, direcciona todo hacia su propia gestión.

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terapia

El paliativo del “ve a terapia”, o qué esperar de la terapia psicológica

Ilustración de Carlos Gaytan

¿Cómo estás? Me he sentido mejor. Poco a poco. ¿Cómo han mejorado los problemas? No siento que mejoren, pero al menos ya no me culpo. ¿A qué o a quién le atribuyes los problemas? No sé. Al destino, por ejemplo. Aunque no creo que exista. ¿Entonces los problemas se determinan solos? No, los problemas están determinados, sea como sea Supongo que es mi manera de lidiar con ellos. ¿Cómo crees que podría mejorar tu manera de enfrentarte a los problemas? Respirando. O no respirando. No sé, todavía no me decido.

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Ventanas a “Mundos Disidentes”

Toc. Toc. Primero, el golpeteo inicia leve. Nadie podría pensar que afuera hay una amenaza. Toc. Toc. Toc. Insistente, molesto, incomprensible. Toc. Toc. Toc. Toc. El ruido se vuelve frenético, amenazante. Toc. Toc. Toc. Toc. Toc. Observas por la mirilla y ahí está, esa quimera de varias cabezas. Aprietas las puertas corredizas y las sostienes con todas tus fuerzas. Toc. Toc. Toc. Toc. Toc. Toc… Los golpes se detienen de repente. Echas una mirada afuera. Ya no hay amenaza, pero decides quedarte ahí dentro. Te pones a leer. Sabes que los golpes volverán, acaso más implacables la próxima vez. Sigue leyendo, quizá para entonces te des cuenta que los golpes no dan tanto miedo como vivir en reclusión.

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La actriz rubia Marilyn Monroe

El dilema Jackie-Marilyn: o respetadas o deseadas

“Jackie Kennedy o Marilyn Monroe. Todas las mujeres son una o la otra”, dicen en la serie Mad Men. Dicha frase refleja no sólo el contexto cultural de una época, sino la dicotomía a la que las mujeres han sido reducidas a lo largo de la historia: elegancia y clase o atractivo físico y sexual. En el cine, la mayoría de las veces ha ido asociado al físico de las protagonistas: la morena respetable, pero aburrida y la rubia fascinante, pero sólo para un rato.

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Drogarse para ser productivo: mi experiencia con los nootrópicos

Drogarse para ser productivo: mi experiencia con los nootrópicos

Ilustración de Carlos Gaytan

Escribo estas líneas con 100 mg de modafinilo encima. El modafinilo es un medicamento que se usa para tratar el déficit de atención y para promover el estado de alerta. No lo necesito, pero me animé a consumirlo para salir de una crisis de productividad profesional. Lo hubiera inhalado. Quizá parezca que no hay una diferencia evidente entre un texto sin la dosis y un texto con ella, pero ciertamente me siento distinto. No es que la mente vaya a mil por hora, como lo dicen algunas descripciones de este tipo de medicamentos en internet. No es Adderall, vaya. Pero mi capacidad de concentración ha aumentado considerablemente. He pasado unas cinco veces por este mismo párrafo intentando lograr una mejor organización de las palabras. La pastilla me hace sentir que quiero estar organizado y me da un empujón para cumplirlo, pero no me saca de las erratas; al contrario, cuando trabajo con modafinilo, aparecen más que nunca.

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Ingrid Bergman en luz de gas, de George Cukor

“Cálmese, señora”: la histérica en el cine

Hace unas semanas, Francia anunciaba una estrategia nacional para combatir la endometriosis, enfermedad silenciada durante años. Las mujeres que acudían a la consulta médica con dolor o sangrado más fuerte de lo habitual eran ignoradas, puesto que se da por sentado que menstruar y sufrir son sinónimos. En algunos casos las acusaban incluso de exageradas y mofadas. Quizás a alguien se le escapó un “cálmese, señora”, o un “no se ponga histérica”. A lo largo de la historia, la palabra histérica, aunque al principio un diagnóstico médico, también se ha usado para calificar cualquier comportamiento femenino no aceptado en sociedad. El término, que se remonta a la Grecia clásica, tuvo su auge durante el siglo XIX con el psicoanálisis, siguió presente en el XX, retratado a la perfección en el cine clásico de Hollywood, y hoy en día pervive como reproche.

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Gregory Peck en el cartel de Matar a un ruiseñor

A la búsqueda del buen padre

“Sabe, Sra. Buckman, se necesita sacar una licencia para comprar un perro. Se necesita sacar una licencia para manejar un carro. Diablos, se necesita sacar una licencia incluso para pescar. Pero dejan a cualquier pendejo ser padre”. Esta frase de Todo en la familia (Ron Howard, 1989) ejemplifica uno de los clichés más populares del cine: el mal padre. En efecto, si la bondad materna se da por sentada (y cualquier comportamiento fuera del ideal inspira cuentos terroríficos), la paternidad se suele asociar con la ausencia, el maltrato o la ineptitud. Sin embargo, contamos con algún buen padre que, además de ayudar a sus hijos, nos ofrecen una alternativa a la masculinidad más tóxica.