Fotografía de Don O’ Brien. Memoria sonora: [soundcloud url=»https://api.soundcloud.com/tracks/297489207″[…]
Etiqueta: Poesía
De versos y otras inquietudes
Hiroshige, A river among snowy mountains
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Del origen del caos
El Hombre dijo:
–Hágase el Caos como en la tierra del cielo.
Entonces la Sombra, como el Anhelo,
quiso salir y vivir y gozar y surgir.
SARMIENTO, SARNIENTO. (SEGUNDA ENTREGA)
En esta segunda entrega de la poesía de Artemio Valle presentamos tres poemas del ya mencionado libro inédito Sarmiento, Sarniento.
La poesía de Artemio Valle nos muestra una visión tenaz del Periquillo Sarniento de Lizardi, pues con estos poemas de tinte picaresco nos acerca al humor de la obra a partir de la lírica. Si bien la obra de Valle no posee un ritmo excepcional, o su métrica no nos convence del todo, es pertinente mencionar el contenido de los poemas, que retoma pasajes (en ocasiones ideas enteras, aparecidas en los textos con itálicas) del libro de Lizardi y las acomoda de tal manera que, a pesar de estar leyendo las mismas líneas que Lizardi escribió, parecen ser ideas completamente nuevas, que nos atrapan en un nuevo contexto con la única finalidad de acercarnos a esta obra del siglo XIX.
Artemio Valle retoma la tradición del epigrama para ser mordaz con los temas tratados en el libro de Fernández de Lizardi. Reinterpreta los pasajes de la obra y crea, a partir de una voz poética, enfundada en la imagen de Pedro Sarmiento, una visión cercana y, a su vez, distinta de la obra original.
Algunos poemínimos de Kevin Aragón
Presentamos hoy una serie de «poemínimos» de Kevin Aragón, término utilizado por Efraín Huerta para nombrar a ciertas creaciones poéticas brevísimas, en las que se destaca la picardía y el humor, así como la fuerza incisiva del epigrama. Que sea este una especie de homenaje de un poeta joven al gran cocodrilo. Memoria sonora en voz del autor. Ilustración de Cecilia Saucedo
ALGUNOS POEMÍNIMOS
A Efraín Huerta
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CUANDO ESCRIBO
El pequeño poeta me mira…
¡Quisiera decirme
Algo que se le olvida!
STALKER
Veinte likes de amor
Y una publicación desesperada
SARMIENTO, SARNIENTO. (PRIMERA ENTREGA)
Amén de festejar los 200 años de la publicación de El periquillo sarniento de José Joaquín Fernández de Lizardi es pertinente la publicación de un poemario por entregas de un autor hasta hoy desconocido: Artemio Valle.
Artemio Valle (Ciudad de México, 1935 – Buenos Aires, 2000) fue un escritor autodidacta que comenzó a producir en forma sus primeros textos a una edad ya muy avanzada, a los 60 años, 4 años antes de morir. Sin embargo, su primer cuento data de principios de los años 50. A los 15 años de edad, apoyado por Juan García Ponce, publicó “Vida y obra de Marcelo Quiñones”, un cuento de gran madurez literaria, en las páginas de Cuadernos del Viento. Ese es el único texto que se atrevió a dar a la imprenta. Decidió dejar de lado la Literatura. Estudió Ingeniería Civil y trabajó en las primeras excavaciones del STC Metro. A él se deben los primeros planos de la línea 3.
Residió en Buenos Aires desde los 53 hasta el día de su muerte.
Fiel lector de los clásicos, defendió por encima de todas las obras literarias al Periquillo, de Lizardi, anteponiéndolo incluso, al Quijote de Cervantes.
Este amor por la obra de Lizardi se vio reflejado en su única obra poética existente, obra en la que trabajó, como ya se mencionó antes, desde los 60 años hasta el día de su muerte, dejándola inconclusa.
Los siguientes poemas, basados en la obra de Lizardi, reflejan el amor que Artemio tuvo hacia la opus magnum del novelista y periodista (pensador) mexicano.
A continuación, presentamos, por entregas, una serie de poemas inéditos del autor mexicano Artemio Valle, con el consentimiento de la viuda del autor, Marisol Vargas.
Memoria sonora:
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SARMIENTO, SARNIENTO (1996)
Por Artemio Valle.
La breve edad de la espera – Alejandro Rodríguez Castillo
Presentamos hoy un poema de Alejandro Rodríguez Castillo, con su respectiva memoria sonora. Fotografía de David Ingraham, checa su flickr en el enlace.
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Deja que otras manos acaricien nuestras pieles
y recorran las islas de los poros,
aquellas aprendidas de memoria
¿Por qué se marchitan las flores? y otros poemas de José Francisco Ocampo
Presentamos hoy una selección de poemas de José Francisco Ocampo, pasante de la carrera de Letras Hispánicas, docente y director de danza. Ilustración de Cecilia Saucedo. Este dossier, además, es el que abre un nuevo espacio de Primera Página, un archivo sonoro de los textos literarios publicados en la revista.
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¿POR QUÉ SE MARCHITAN LAS FLORES?
Para: Iván Palacios
Todas las flores se marchitan
y todo es una flor.
También mueren las rocas
como mueren los días,
se secan las nubes
tortugas que encallan,
se desvanecen los instantes
olas nocturnas.
El amor se deshoja,
caen los pétalos
como pestañas del alma
y la hojarasca ya es un montón
de olvidos forzosos.
Uno llora, repitiéndose
¿Porque las flores se marchitan?
¿Por qué nos abandonan?
Mientras las cosas nos responden
con su crudo desgaste.
El renacer de la poesía
En una época ya lejana, los poemas solían recitarse en las calles, entre plazas y centros recreativos, la gente se reunía para escuchar las aventuras del poderoso Aquiles, las travesías de Rodrigo Díaz de Vivar o de Roldán; los varones solían recitar versos a su enamorada, práctica tan importante en los rituales de cortejo que incluso existían quienes pagaban por unas cuantas estrofas. Anterior a esto, el viejo de la tribu solía sentarse ante un grupo de jóvenes para recitar (o en algunas ocasiones cantar) las leyendas de origen, esta práctica aún se conserva en muchos sitios del mundo. La literatura nació de la voz para trasladarse al papel y lograr la inmortalidad. Desde las primeras culturas que desarrollaron un sistema de escritura hasta nuestros días, las grafías y los versos han mantenido un diálogo constante. ¿Qué tan alejados estamos de las antiguas prácticas de la poesía?
Esto no significa nada: la soledad y el error como problema estético
llevar más lejos lo que no va a ningún lado
“llevar más lejos” y “ningún lado”
alejándose al mismo tiempo
en direcciones opuestas
Ismael Velázquez Juárez
En el año 2015, bajo el sello editorial Palacio de la fatalidad, Ismael Velázquez Juárez (Distrito Federal, 1960) publicó su más reciente poemario Esto no significa nada[1]. Es un título premonitor y a la vez paradójico. Por un lado, el poeta anuncia en una línea cuál será la suerte de poética del libro y, por otro, esta misma frase que vindica el no-sentido de hecho llega a significar a todo el texto. Es así como la categoría de la negación inaugura al poemario, pues al título que señala lo que (aparentemente) no habrá en su interior –sentido- sigue el primer poema “cosas diversas sobre las cuales no vamos a tratar”, que al tiempo que sirve de reflexión metapoética, parece que advierte, con un dejo de ironía y tono de sin razón que no quita en el lector la intuición de que existe ahí un tipo de profundidad significativa, “lo poético es aquí otra cosa”.
El pescador de la fuente y otros poemas de Kevin Aragón
Presentamos hoy una serie de poemas de Kevin Aragón, Hispanista de la FFyL, en los cuáles la imagen poética tiene una preponderancia importante.
EL PESCADOR DE LA FUENTE
(FFyL, 2015)
I.
En la fuente del Ágora
las mujeres son rumor de río.
Yo me detengo a contemplar sus aguas,
los peces de sus ojos.
II.
Mi sonrisa, anzuelo o piedra,
rompe la tensión de la epidermis;
salpica la tarde con la duda;
ahuyenta o atrae a mis dientes
las escamas solares.