Ilustración de Robert Bélanger
Para Fernando Palma
Vivo enamorada del astro rey desde que me lo presentaron en un atardecer. Me recuerdo de pequeña tratando de encontrarlo cuando se perdía entre las nubes, pero siempre me conformé con la evidencia de su paso cerca de mí, un rayo verde y la pintura del óleo plasmado en su inmenso pizarrón con diversas paletas de tonalidades dependiendo de su humor. A partir de aquel momento hasta que lo prohibió el ayuntamiento, me senté en la arena de la playa que está enfrente de mi casa, esperando a que terminara su turno y le diera paso a la luna.