Etiqueta: Literatura femenina

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Lo que pasa en Las Vegas – Cuento de Génesis García

“Lo que pasa en Las Vegas, se queda en Las Vegas”, reza el viejo adagio. Así lo establecieron los dioses de los shoshones, antiguos habitantes de esas tierras, que delimitaron un cerco sagrado para que todo lo malo quedara encerrado dentro y no pudiera lastimar al pueblo. Funcionó, por muchos años. Los nativos acudían al cerco sagrado una vez al año para dejar ir todo mal pensamiento y toda mala intención, vaciándose de pecados y malas energías para poder continuar con sus vidas tranquilos y felices. Cuando el hombre blanco arribó y tomó posesión de las tierras ancestrales, también se vio beneficiado del cerco. Todo lo que hacían quedaba encerrado en las tierras shoshones y sus más oscuros secretos permanecían ahí, ocultos para siempre.

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El mito de la productividad

Pintura: Retrato de un artista, David Hockney

Comencé a ser una adulta hace poco tiempo, o bueno, por lo menos a autopercibirme como tal. Para mí, devenir en esta etapa ha tenido poco que ver con empezar a notar pliegues en mi cuerpo donde antes no había, y todo con lo que significa la independencia. Es un término que empiezo a escuchar en todos lados y normalmente bajo un solo contexto: la independencia económica. Pareciera que éste es el único objetivo para vivir una vida plena; una vez cumplido, podremos descansar

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A la memoria de mi abuela – Ensayo de Jazmín Villagran

Déjame reposar,
aflojar los músculos del corazón
y poner a dormitar el alma
para poder hablar,
para poder recordar estos días,
los más largos del tiempo.

Algo sobre la muerte del mayor Sabines, Jaime Sabines

Mi abuela decidió que un día dejaría de limpiar las telarañas que con insistencia tejían por debajo de la consola esos enormes insectos. Nunca supe cómo, ni tampoco las vi cuando tejían, pero era verdad lo que me dijo: “cazan a los descuidados”. Yo lo comprobaba cada cierto tiempo, cuando aparecían entre las redes algunas moscas cadavéricas, amarradas y chupadas, aniquiladas por esas monstruosidades de ocho patas. De vez en cuando, me sentaba en el piso a mirarlas con una lejanía curiosa, casi contemplativa, no sabía si dormían o si también me miraban del mismo modo. A veces llegué a pensar que sí me veían, que me estudiaban, porque cuando más valentía tenía para aplastarlas se alejaban hasta lo más profundo del mueble y no volvían a asomarse hasta el siguiente día.

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Si los bebés cambian de color, Ana Torres

Vínculos, crianzas e intercambios: ”Si los bebés cambian de color”, de Ana Torres

¿Cuánto dura la herida de la cesárea? ¿Cuántos exámenes de ADN son pertinentes para confirmar la maternidad? ¿Cuánto y cómo cambian los bebés desde su alumbramiento hasta estar en casa? Editorial en el mar publicará dentro de poco Si los bebés cambian de color (2022), de Ana Torres, una novela fresca y aguda sobre los lazos sanguíneos, la pérdida, el dolor y la maternidad deseada. Es parte de una nueva narrativa en primera persona que reivindica crudamente las experiencias personales como materia prima para repensar los roles de género y la agencia de las madres en sus propios procesos de maternidad.

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Ada María Elflein: la viajera y la lucha por el periodismo femenino

Más de dos mil artículos periodísticos, volcados en catorce años de labor como columnista, dan cuenta de uno de los pilares fundamentales del periodismo en Latinoamérica: Ada María Elflein (Argentina, 1880-1919). En esta ocasión, como parte de la Colección Relato Licenciado Vidriera, la Dirección General de Publicaciones y Fomento Editorial de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) presenta Por los pueblos serranos, un libro que nos permite adentrarnos en la literatura de viaje y acompañar a la autora argentina en uno de sus recorridos a través de la serranía de su región.

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Síndrome – Cuento de Lizeth Jacqueline Gutiérrez Pérez

El cielo estaba despejado, no existía el cúmulo habitual que irremediablemente se mostraba en esa época del año; en consecuencia, el sol arrojaba sobre la ventana su fastidiosa luz. El viento ese día pudo haber sido amable, pero se ausentó totalmente, cansado de mi estado de ánimo que, sin explicación alguna, se encontraba nublado. Las sonrisas satisfactorias de mi familia encendían un fúrico sentimiento en mi pecho.