Oh las cuatro paredes de la celda
César Vallejo
[…]
Criadero de nervios, mala brecha,
por sus cuatro rincones cómo arranca
las diarias aherrojadas extremidades.
I
El insomnio sepulta la noche en mis ojos,
ya no podrán ocultarle al tiempo tu cuerpo.
Mis lágrimas se hacen luciérnagas
suspendidas sobre la rapiña de las sombras.
Sólo han olvidado un vacío en mi boca,
la rabia de las paredes ahora lo destroza,
abandonando en la palabra desperdicio
el cadáver de una vida que todavía no he vivido.