Esta serie fotográfica retrata la casa de adobe prestada por Ferrocarril Mexicano a mi bisabuelo Gregorio en uno de sus puntos de trabajo (carretera Ciudad Juárez-Chihuahua, 23 de julio del 2021).
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La memoria nace de una selección de recuerdos y se relacionan con el sentido brindado al pasado en función del futuro. El olvido representa la ausencia de distintas remembranzas, en ocasiones motivadas por diferentes causas. De tal modo, cabe preguntarse: ¿es el olvido más tenaz que la memoria?
Esta serie fotográfica retrata la casa de adobe prestada por Ferrocarril Mexicano a mi bisabuelo Gregorio en uno de sus puntos de trabajo (carretera Ciudad Juárez-Chihuahua, 23 de julio del 2021).
En el refugio se respira un aire viciado de carencias. La expectación va abriendo grietas en el muro. Hay filtraciones también o flujo de fantasmas. Escuálidos principios medran entre sombras y las linternas abren boquetes de insoportable luz. Tenemos preparado el cloro, los alimentos envasados con tripa de centuria y hambre encapsulada en ampollas de vidrio. Uno de nosotros gime algo y los gemidos tienen resonancia más allá de los cuerpos. El nuestro es un refugio donde no llega el sol, una especie de cárcel sin salida; tú bajas a su fondo, saltas las horas como un atleta del peligro, del miedo que apetece, del placer que se acaba.
Pintura: Ángel caído, de Alexandre Cabanel
He aprendido a sostener mi fe,
con las pocas plegarias que aún no le ofrendo a mis muertos.
Desde este erebo vigilo mi propia sombra,
para que al avanzar no se abalance el miedo hacia mi rostro
y me deje como a mis demonios,
con una máscara de felicidad que ellos mismos no soportan.
Pintura: Hilas y las ninfas, de John Williams Waterhouse
Selene y Amarilis,
bellezas mías,
voces mías,
circunstancias mías.
¿Cómo hago para evitar en ustedes?
Los días se quedan atrapados en los pliegues de piel que se forman
/ en las esquinas de los ojos.
¿Sabes? Mamá decía que enero era el mes más largo
(desde que murió todos los días amanece enero)
El primer porrazo, del que no guardo recuerdo, habrá sido seguro en el patio. Adentro de la casa propiamente dicha, habría obrado el abrazo apresurado y salvador de mis viejos o alguna tía, o mi abuela, que venía seguido a vernos. O tal vez sí haya ocurrido adentro, entre esas paredes despobladas de cuadros o fotografías. Me acuerdo de mamá arrodillada, lata de cera en mano y el trapo, fregando las tablas de los pisos hasta dejarlos brillantes. Siempre, un rato más tarde, culminada su fatiga, ante el primer descuido de mi parte o de mi viejo, su grito: ¡los patines!
Déjame reposar,
Algo sobre la muerte del mayor Sabines, Jaime Sabines
aflojar los músculos del corazón
y poner a dormitar el alma
para poder hablar,
para poder recordar estos días,
los más largos del tiempo.
Mi abuela decidió que un día dejaría de limpiar las telarañas que con insistencia tejían por debajo de la consola esos enormes insectos. Nunca supe cómo, ni tampoco las vi cuando tejían, pero era verdad lo que me dijo: “cazan a los descuidados”. Yo lo comprobaba cada cierto tiempo, cuando aparecían entre las redes algunas moscas cadavéricas, amarradas y chupadas, aniquiladas por esas monstruosidades de ocho patas. De vez en cuando, me sentaba en el piso a mirarlas con una lejanía curiosa, casi contemplativa, no sabía si dormían o si también me miraban del mismo modo. A veces llegué a pensar que sí me veían, que me estudiaban, porque cuando más valentía tenía para aplastarlas se alejaban hasta lo más profundo del mueble y no volvían a asomarse hasta el siguiente día.
Tengo una cicatriz gigante en la frente.
En diciembre asistí a una posada en el sur de la ciudad para celebrar con mis compañeros músicos un año más de trabajo y organización. Fue un desastre: terminé en urgencias con diez puntadas en la frente, un dolor que me producía miedo y un intento de denuncia infructuoso.
Estos lugares de memoria funcionan principalmente a la manera de los reminders, de los indicios de rememoración, que ofrecen sucesivamente un apoyo a la memoria que falla, una lucha en la lucha contra el olvido, incluso una suplencia muda de la memoria muerta. Los lugares Ciencia ficción y la caída del sistema: “permanecen” como inscripciones, monumentos, potencialmente documentos.
Paul Ricoeur
Durante la dictadura cívico-militar argentina, la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), predio inaugurado en 1924, fungió como uno de los más de 700 centros clandestinos de secuestro, tortura, asesinato y desaparición en los que se ejerció el terrorismo y represión estatal. Se estima que de 1976 a 1983, en este lugar fueron detenidas y desaparecidas 5000 personas.
El olvido es más tenaz que la memoria.
Salvador Elizondo
La memoria nace de una selección de recuerdos; asimismo, tiene el propósito de seleccionar y visibilizar eventos, ya sean individuales o colectivos. En palabras de la socióloga e historiadora Elizabeth Jelin, las memorias son presente y se relacionan con el sentido brindado al pasado en función del futuro. Es posible entrever lo que se pretende olvidar en aquello que se recuerda. El olvido, por su carácter ocasionalmente involuntario, representa la ausencia de distintas remembranzas, en ocasiones motivadas por el dolor, la felicidad, la ira, los afectos, entre muchas otras causas.