Categoría: Creación

Expresiones artísticas de distinto tipo, ya sea de tipo visual o literario, como cuento, poesía o ensayo.

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El rey del queso || Cuento de Daniel Molina Pérez

Todas las luces hoy parecen concentradas en el espacio —antes desierto y tranquilo— de la finca Santa Ana, de un municipio con nombre de fruta. Las patrullas reducen la entrada; los neumáticos de una furgoneta de prensa han contaminado con estiércol el peladero de ordeñar; los trípodes de las cámaras cojean en la tierra húmeda cerca de las canoas de agua; la gente que entra choca con gente que sale; los cables coaxiales dan reumáticas vueltas por el suelo de pastoreo. Se mueven y se remueven los aparatos, se calzan y se enderezan: como la ropa desajustada. Y tales son sus ojos de sencillos, y su vida contenida —por falta de urbanidad o por timidez— que puede parecerle fuera de lugar la propia naturaleza que le visitan.

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La poesía de Carmen Nozal: De la Guerra Civil Española a los 43 de Ayotzinapa || Ensayo de Alejandro Rivera

Como naciones, México y España han tenido una historia paralela. Desde la Conquista, ambos territorios comparten lengua y, en más de una ocasión, sucesos históricos y culturales. Fue gracias a la consolidación de la Monarquía española que se formó el territorio conocido como Nueva España; posteriormente, la Independencia mexicana dio forma no sólo a nuestro país, sino que también fue un momento clave para el de la península ibérica.

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La muerte de Liquidámbar || Cuento de Baltasar Botavara

Cuentan quienes presenciaron la ejecución de la sentencia que la mañana del viernes veintiocho de agosto el parque del barrio Los Libertadores olía a ámbar gris mucho más que de costumbre. El cielo negro y el viento rabioso parecían protestar por lo que estaba a punto de suceder. Los notables de la Junta de Acción Comunal habían decidido que en el libro del destino de Liquidámbar estaba escrito que no vería el amanecer del veintinueve de agosto, que en este otoño sus hojas de cinco puntas no se colorarían de amarillo y granate.

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Colección || Poemas de Rubén Valle

El que viene

A usar tu lengua vienes…

 Macbeth a un mensajero, William Shakespeare

Maten al mensajero, pronto maten al que vino
a decir que Rimbaud desembarcó de su ausencia,
al que jura que la palabra de Sor Juana sabe tan dulce
como un pezón de luna. Maten al impostor, al que aún bebiendo todo
el aguardiente puede recitar sin respiro un palíndromo, dejarse amar
por cien mujeres y recordarlas brutalmente tan sólo con olerlas
en la penumbra. Maten al malvenido, al inesperado, al homérico.
Ciérrenle la puerta en la cara antes de verlo erguido como un lirio.
No podrán resistirlo, les dirá cómo olvidarse de lo que nunca fueron,
los dejará en medio del círculo, los invitará a un banquete de sombras.
Maten al mensajero, al palomo malherido, al desbocado juglar
de las tabernas que apestan de solos. Pónganle hartas piedras,
ciérrenle el camino, háganle un pozo de silencio hasta que caiga.
Niéguenle la soga el salmo la rosa el orgasmo, sobre todo la mirada.

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Besos con dueño || Poema de Bethany Tudor

¿Qué haré con los besos que se me deshojan,
que se me desgarran,
que se me caen?
Como hojarasca reseca pululan
y se amontonan
y se reproducen
y se agrandan
en la comisura de mis labios,
en la vertiente de mi alma,
en todos los latidos
que no doy, en cada palma
que se añeja.
Porque los segundos pasan
impertérritos, asfixian
al punto de la locura y escapan.
Se van
como tú que no tienes destino,
que huyes sin saber camino
Y aún así te persigue el desatino.
Se desmoronan
mis besos, de pirámides que colisionan,
de bombas que estallan,
de tierra y agua que en una se funden.
Sí, tal vez desvarío.
Tal vez la culpa es del río
Por mecerte cual balsa
perdida y solitaria
y yo aquí esperando(te) en la orilla.

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«Memory is hunger», reflexiones sobre el hambre y la memoria || Ensayo de Gustavo Robles Cruz

La faim, c’est vouloir. C’est un désir plus large que le désir. Ce n’est pas la volonté, qui est force. Ce n’est pas non plus une faiblesse, car la faim ne connaît pas la passivité. L’affamé est quelqu’un qui cherche. [1]

Tres de las actividades predilectas de mi cuarentena fueron leer, cocinar y recordar todo tipo de situaciones, emociones y sensaciones que me remitiesen a la vida en el exterior. Hago especial énfasis en ésta última porque vivir en el encierro es difícil cuando la realidad en la casa materna no es mejor que las circunstancias de afuera: una pandemia que acaba con la vida de millones de personas o una inminente crisis económica que nos deja varados en medio de la incertidumbre. Leer, cocinar y recordar me ayudaron a sobrellevar la situación de la mejor manera posible. Perfeccioné mi técnica para hacer pastel de cumpleaños, revisité lecturas que ocupan un lugar importante en mi corazón y recordé hasta el aroma de una mandarina que se pela con cautela en un salón de clases. No obstante, el desencanto y la desesperanza estuvieron presentes todos los días condicionando mis acciones y las otras emociones que surgían con el transcurso del tiempo. Salí bastante afectado, perdí planes, oportunidades y hasta llegué a creer que mi hambre había desaparecido.