VITA PHILO[I]LOGICA y otros poemas de Heberto de Sysmo

Una vez más nos honra presentar a un autor del otro lado del mundo, directo desde Valencia, España, Heberto de Sysmo. Ilustración, como siempre, de Cecilia Saucedo.

PÁGINA CLAVE

 

Propóleo de tinta

que bañas esta página de sombra,

hoy me resuelvo en ti.

Tu probidad me insulta;

refugio de este mísero inconforme.

Explora mi conciencia y nombra al viento.

Mis páginas son el universo,

mi página, mi mundo,

página-cuerpo.

Mi voz sangra su angustia sin número,

mi yo busca la página manchada

con la sangre de quien suplanto.

¿Qué yo redimirá, qué voz, qué página,

a este aparente ser que no se encuentra?

La página es la barca,

la vela y el océano,

es ella quien acoge

este sinnúmero de pleonasmos.

 

 

 

 

(Avatares del Lenguaje)

 

DE VITA PHILO[I]LOGICA

 

¡Qué estupidez amarte!

Si a todos por igual tu cuerpo entregas.

Quiero delimitarte,

censurar cuanto legas,

llamarte «propiedad», ser cuanto anegas.

 

¡Promiscua! ¡Prostituta!

Ni toda tu infidelidad detiene

mi dádiva impoluta,

mi vanidad se atiene

a tu indócil capricho, cuando aviene.

 

Palabra imaginaria;

mujer que cualquier hombre necesita.

Tu cábala incendiaria

mi signo premedita,

rara flor, acidófila y maldita.

 

Bendita es tu hermosura,

ajena a todo el mal que en mí provoca,

mandamiento de albura,

traducción que en la boca

alcanza su más alta envergadura.

 

(Avatares del Lenguaje)

ISÓMERO INCONTABLE

 

 

 

Vivir al otro lado del poema,

en la inestable tierra prometida

—ese utópico reino de leyenda—

que vate y trovador sueñan y cantan,

debe ser tan duro como vivir

sin poesía.

 

Vivir en el reverso del poema,

cantar a lo marchito y decadente,

a través del cristal

contemplar la asunción de lo grotesco;

es la devaluación del arte y la persona,

celebrar a escondidas

el autismo de la Belleza.

 

 

(Maldito y bienamado bibelot)

 

 

 

 

 

APÓSTROFES DEL YO

 

 

Amamos.

Odiamos.

Sentimos.

Dolemos.

Así la herida busca

su espacio literario.

 

Invocar a las Bestias,

invocar a los Dioses;

cada oración aspira

a su íntima plegaria.

 

Métrica infausta,

recoge el verso

—supuración del alma—

para tañer su son inelegible.

 

 

(Maldito y bienamado bibelot)

 

 

 

 

BLANCURA

 

“Esa necesidad de hallar

su yo en la carne extraña

es lo que el hombre noblemente llama

capacidad de amar”.

 

Charles Baudelaire

 

 

Ya sé que hablar de Amor es recurrente

¿será vulgar amor, amar, contarlo?

Pan de todos los días, sed frecuente,

eterno fin; querer siempre encontrarlo.

 

Quizá Amor sea Dios desconocido

y amar, la religión de los quebrantos,

quizá sea energía en estallido

que nos une o separa entre los llantos.

 

Ignoro si el Amor es nada o todo,

un beso con crueldad o con ternura,

si es odiarse o luchar codo con codo,

 

una fuerza interior, una estatura;

vivir, morir, o de cambiar, el modo,

debiera ser amor, amar, blancura.

 

(Avatares del Lenguaje)

 

DRAMATURGIA DE LA MUERTE

 

 

 

El drama no es vivir, es vivir solo.

El drama no es andar, sino hacia nada.

El drama no es llorar, sino por nadie.

El drama es existir para morirse.

 

El drama no es amor, sino su ausencia.

No es drama recordar, es el olvido.

El drama no es soñar, es la vigilia.

El drama no es cantar, sino el silencio.

 

El drama es la verdad que era mentira.

El drama es no querer y ser querido

rezar esperanzado al cenotafio.

 

El drama es esperar lo inalcanzable.

El drama es el dolor de aquel que vive

y el Tiempo… Dramaturgia de la Muerte.

 

( Lágrimas traveseras)

 

 

 

 

ATAVÍO

 

 

 

 

Sabes que la retórica disfraza

los vicios y defectos del escriba,

su técnica es más fértil que su instinto,

sus dotes, más escasas;

por eso en la licencia el diestro encuentra

la forma de esquivar la inquisitoria

conquista de verdad.

 

Sabes que en la metáfora sucede

algo nunca ocurrido;

que la ficción es hueso que vertebra

la entintación de otra mentira;

sabes que en la escritura

la belleza es hológrafa.

 

Si es que valoras la sinceridad

¿por qué sigues leyendo?

 

 

(Maldito y bienamado bibelot)

 

 

 

 

 

 

TODO CUANTO SOY

 

 

 

 

 

Este decir que soy, tan implacable,

este no ser y ser independiente,

esta guarida o luz que reconforta,

este volcán, que sin aviso irrumpe.

 

Esta elocuencia ajena, no buscada,

mortifica la paz de lo mundano,

me acerca sin querer a cuanto anhelo

y me aleja después, me aleja tanto.

 

Esta avalancha azul de cielo en labio,

este grillete cruel que me conforma,

esta manía, este vivir así

 

cual traductor, apóstata del humo,

este volar del alma sin morirse;

es todo cuanto soy, nada más quiero.

 

 

(Lágrimas traveseras)

 

 

 

FADO POR LOS IGNAVI

 

 

 

Alguna noche triste del siglo diecinueve

una guitarra en llanto quebró una voz plomiza.

En una sidrería, de noche, ya cerrada,

brindaban en silencio las almas en martirio.

Doce cuerdas sesgaron la paz de luz de luna,

un quejío elocuente  tocó los corazones,

la noche y la memoria trajeron la ceniza

a los pobres incautos que el canto subyugaba.

El proceloso ritmo de la herida y el daño,

la hondura de una letra, eterno cataclismo

de emociones en danza.

Aquella noche mística de música y recuerdo

se bautizó de luna el primer fado.

 

 

 

(Lágrimas traveseras)

 

 

ALBADA EN EL CIPRÉS DE LOS GORRIONES

 

 

 

 

Se va la noche, amor, y yo desnudo,

contemplo en el ovillo de tu carne

lo mísero que soy, y la hermosura.

Contemplo en tul de pulpa esplendorosa

la luz hecha jirón por la caricia,

el bocado exquisito por el hambre.

Se va la noche, amor, y yo maldigo,

la cuenta atrás de un tiempo equivocado,

maldigo el órdago a la eternidad;

quererte siempre,

y bendigo el milagro de soñar

que no amanezca.

Se va la noche, amor, y nadie sabe

de esta herida indeleble que nos une.

 

 

(Lágrimas traveseras)

 

 

DICOTOMÍA SAUSSUREANA

 

 

 

 

 

Esta patria, trinchera y escondite,

esta herramienta, este arma, este genial invento,

argot de lo no sido,

germanía que glosa, dialecto en alambique;

es más de lo que puedo dar,

es más allá de mí.

 

Este entramado ardid, ajeno al hombre,

busca la interacción, vulgar, profana,

de quien —por expresar— recibe dicha.

 

Esta jerga de nadie y para todo;

arquitectura afín a la conciencia,

este modo de creer que somos y decimos,

este acopio de signos sin ternura

¿es mi lenguaje?

 

 

(Maldito y bienamado bibelot)

 

 

HUÉSPED

 

 

 

 

 

Es escribir, el virus

que en tinta se propaga;

gramático y semántico,

hermético o desnudo;

el son alfanumérico,

el líquido y la copa,

la luz androtelúrica.

 

 

Por más que su belleza

se introduzca en la vida,

por más que nos maneje

y el dolor nos procure…

jamás evitaremos

su posible contagio.

 

 

 

(Maldito y bienamado bibelot)

 

 

 

IGNIS

FUEGO

Hablante lírico 2 (Voz infantil)

 

 

 

Manifiéstate,

acude a los rituales de esta noche

inacabada.

Concede el privilegio de tu baile

a los adoradores de tu germen.

En ti, los atavíos de una Estrella

son luz, sublimación de son y viento.

Te invoca el hombre en llamas.

Arde para ser culmen del propósito

de aquellos que festejan tradiciones,

quema sus impurezas y sus miedos

demuestra tu naturaleza extraña.

Nadie agradecerá tu nacimiento,

no quedará de ti ningún rescoldo

por más que dignifiques la ceniza.

 

 

(Lágrimas traveseras)

 

 

 

 

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Sobre el autor: Heberto de Sysmo es el seudónimo de José Antonio Olmedo López-Amor (Valencia, 1977). Escritor y poeta, crítico literario y cinematográfico, ensayista, cronista, articulista, divulgador científico. Titulado en audiovisuales. Actualmente cursa la Licenciatura de Filología Hispánica en la Universidad de Valencia. Redactor y colaborador en más de cuarenta medios de comunicación, digitales e impresos, nacionales e internacionales.

Revista Primera PáginaAutor: Revista Primera Página
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