Paul Delvaux – Landscape with Lanterns
Aproximación a un cuadro de Paul Delvaux
Danza extasiado el silencio
bajo la mirada atenta de las estrellas,
acaricia el cuerpo de los árboles
envueltos en el halo
que espira la noche.
Reseñas y recomendaciones de libros, reflexiones alrededor de un autor y su obra, lanzamientos de libros.
Paul Delvaux – Landscape with Lanterns
Danza extasiado el silencio
bajo la mirada atenta de las estrellas,
acaricia el cuerpo de los árboles
envueltos en el halo
que espira la noche.
¿Cuántas veces hemos querido escapar de la rutina para pensar, compartir tiempo con nuestros seres queridos e intentar comprender el sentido que tiene para nosotros esta misteriosa aventura en la Tierra a la que llamamos vida? El escritor León Tolstói sufrió una crisis existencial a los cincuenta años que le llevó al borde del suicidio, debido al vacío vital y espiritual que sentía por no vivir su vida acorde con su forma de entender el mundo. El autor ruso aprovecha este dramático momento para escribir una de sus obras más impactantes: Confesión (1882).
la suerte se sienta
con sus dos caras probables
fumando y murmurando uno que otro prejuicio
qué poco elegante el que va de tenis
ha de traer pisando también el corazón
no está de moda llevar la nostalgia en un collar
ni los gustos grises de la ropa
quiere disimular cuando la miro
jugar a que no me atraviesa
los huesos
a que no vislumbra
en mí
una casa embrujada
por la apatía
fuma y desvía la mirada
escupe [por escupir]
tremendas bocanadas de humo
con voz ronca dice nada
aunque intenta
[políticamente]
decir un perdón
Todos los haikus fueron publicados en Camino en silencio (Editorial Veletea, 2021)
Flores y espigas
en los bancos del parque
brisa ligera.
Ilustración de Ylia Bravo Varela
En los pocos momentos de tregua que nos brindó esta infinita pandemia, descubrí un método infalible para socializar en reuniones: hablar sobre mis enfermedades, dolores, condiciones corporales y experiencias médicas. Si tienes más de veinticinco años, sufres de ansiedad pospandemia y ya no quieres hacer small talk, pruébalo: introduce de forma casual en la conversación algún padecimiento que te aceche en ese presente o del pasado reciente. Por cada una de ellas habrá alguien que empatice o tenga un pesar parecido; también puede que no sepa lo que es pasar por algo así, pero conoce a alguien que sí. Las probabilidades son altas. No sólo generará lazos más interesantes que los que se darían por hablar con alguien de la vida de conocidos en común o el tema del momento, sino que habrá un beneficio para ambas partes: intercambio de vivencias con especialistas. Porque sí, a los veinticinco queda atrás el pasado infantil de intercambiar estampas del álbum del mundial o de la nueva película de Harry Potter.
¿Frente a qué retrocedemos? Frente al atentar contra la imagen del otro, porque es la imagen sobre la cual nos hemos formado como yo.
Jacques Lacan
El concepto de otro es inherente al ser humano. Todas las lenguas, incluso aquellas con apenas dos pronombres, distinguen entre uno mismo y los demás. Pronto esta otredad se convierte en algo más; aquello que no es propio es potencialmente extraño, peligroso, inferior incluso. Prueba de ello es la palabra bárbaro, herencia de los griegos, quienes designaron así a las tribus del norte que no hablaban su idioma y, por ende, parecía que sólo farfullaran bar-bar.
La historia de la humanidad está marcada por múltiples desastres y acontecimientos bélicos que han devastado familias, países y civilizaciones enteras. En la vieja Europa las dos guerras mundiales derribaron la belleza de sus ciudades y despedazaron siglos de conocimiento, cultura y valores compartidos entre pueblos. En ese momento la idea de unir el continente bajo unas mismas instituciones y eliminar las fronteras internas parecía más lejos que nunca. En el libro El mundo de ayer. Memorias de un europeo (1941), Stefan Zweig nos muestra sus años de aprendizaje, sus inicios en el mundo literario y artístico, y su amistad con muchos intelectuales de la época, gracias a los cuales pudo recorrer Europa de este a oeste.
Los muebles donde el paso del tiempo ha dejado su huella. Los libros que nadie visita. El tiempo que pasa en aquel cuarto oscuro donde te ocultas. Aquel lugar es una noche circular. La oscuridad se atenúa hasta la infinidad y tú en un ataúd, en el interior, rasguñas la madera.
Dicen que las perlas están hechas de luz de luna. En las noches de plenilunio, los moluscos se abren para dejar entrar los destellos. Para mí, las perlas son lágrimas de Dios. Es que Dios también llora, pero lo hace sobre el mar para esconder la vergüenza.
Desde pequeña Dana toca el violín, instrumento que recibió como regalo del Día de Reyes Magos. Se inclina por la música clásica; en particular, le gusta interpretar «La última cuerda» de Paganini. Cuando lo hace usa su playera favorita de marcianitos que le funciona como amuleto para una ejecución precisa y casi virtuosa.