Escribo este verso
y te imagino amándome.

Creación literaria. Narrativa, poesía, minificción y otros híbridos.
Escribo este verso
y te imagino amándome.
Éramos galimatías guturales, gesto y pantomima.
Tú con tal grandeza,
la luna, la luna de las estaciones vivas,
la luna llena de sí misma.
Tú la vela en la trastienda. Tú la carne de la ostra.
Te cubriste de sal y yo, yo la bacante con vino,
la bacante en las puestas.
Yo esculpo tus cuerdas vocales
y en labios, soy yo la serpiente, empapada en agua de río.
Rompimos rudeza.
Y no sé
Sujata Bhatt
cómo hablar de esto, incluso contigo.
Somos dos.
No, no hay problema en que durmamos en la misma cama, le dijiste al dueño por teléfono.
Me miraste de reojo en espera de mi confirmación: asentí.
Está bien, entonces llegamos el martes cuatro; sí, una semana.
08:34:10 am
Lunes de cualquier semana
Todos los días se comienza algo distinto, aun cuando la monotonía invada nuestro espacio. Despertamos con la aparente sensación de que nada ha cambiado: los libros siguen en el mismo lugar, la ropa sucia se acumula cada vez más y los pájaros de siempre picotean la ventana. A simple vista las cosas permanecen intactas, pero algo pasa desapercibido: las partículas de polvo que se amontonan en la superficie de los muebles. Al darte cuenta te levantas de la cama, acercas la boca y soplas el polvo apenas visible, se expande por toda la habitación. Caminas hacia el espejo, te miras y descubres que una nueva arruga atavía tus párpados. Hay algo distinto de ti.
Imagen: El amor y la muerte – Francisco de Goya
El amor no podría ser asesino de la muerte.
La muerte y el amor se aman,
pero hablar sobre el amor
no se puede resumir a 800 palabras
ni al canon literario.
A mitad de la noche en el espejo zumban pasos:
un mensaje describe la reacción
del pecho, al ser rozado por otro brazo.
Sonsoles me contó el otro día cómo había transcurrido la última sesión en la consulta de su terapeuta. Me habló de la doble llama que debe darse en toda relación amorosa, requisito indispensable para que esa aventura que se establece entre dos personas crezca y se fortalezca. Mencionó grupos de palabras que hacía mucho tiempo no escuchaba: pasión y empatía, lujuria e ilusión, deseo carnal y escucha, lascivia y entendimiento, concupiscencia y amor desinteresado.
Esta noche nada late,
no late el viento arrebatado
que arranca las flores del cerezo,
no laten los ladridos de los canes
en la terraza del carnicero,
esta noche nada baila,
no bailan las luces de la plaza
que acostumbran en el quiosco,
tampoco lo hace el viejo reloj
de la iglesia con la música del coro,
Sombras húmedas florecen
a la espalda de la luz.
Los Muros contienen
el color y la humedad
de las tonalidades rotas.
Quizá reverbere en las esquinas
o en el reflejo
de esta habitación sin nombre;
los matices que encarcela
este patio de agua y tiempo.
***
Se están devorando la cola mutuamente
Mientras el sol se pone
En ese instante en que el tronco cerebral se mueve al revés
Se engullen el cuerpo con lentitud
Gracias a un sentido que brota desde el fondo del instinto
Con el pestillo del inconsciente abierto
Como si estuvieran hipnotizadas
Se reducen al mismo ritmo
El ciclo se hace más fuerte mientras se acortan
Tragan símbolos, nociones y saciedad
Dos pares de serpientes se acortan cada vez más y más infinitamente.
Y para finalizar
Se chupan mutuamente la sangre escarlata
se completan en un gran círculo
Dos pares de serpientes toman el cuerpo una de la otra eternamente
El sol rojo
cae al mar en este instante.