Ahí viene Don De. Sé que es él, porque camina por el pasillo siempre haciendo ruido con sus zapatos, siempre poniendo el énfasis en su pisada, en especial en la parte del tacón. Ahí viene Don De. Y no es que lo odie, no; es más, ni siquiera lo conozco, pero no sé. Su sola presencia me resulta aterradora.
Categoría: Dosier
Dosier trimestral de creación y crítica
Tuétanos || Microrrelato de Marcos Pico Rentería
Recuerdo la muerte. Sí. La recuerdo y me recuerda pues la cargo en los tuétanos.
El Templo || Cuento de Verónica Vidal
Dormidos flotamos en el éter,
Eugenio Montejo
nos arrastran las naves invisibles
Hacia mundos remotos
pero sólo en la tierra abren los párpados.
La basílica de San Roque era nuestro punto de encuentro con el ruido de Barranquilla. Vivíamos en un pueblito a treinta minutos del centro y a muchas lágrimas de humillación de distancia, con respecto a nuestro verdadero hogar. Éramos migrantes caminando entre musarañas nuevas y vacíos en el pecho.
Sin rostro || Poemas de Claudia Novillo
Los pies viudos
Mis piernas son esbeltas…
Y desde el pubis hasta la axila se cuela el aire,
mi cabellera se desarma, cuando la suelto en el viento,
mis ojos son una mezcla entre el aire y el descaro…
Mi aroma, inevitablemente, te quita el aliento,
pero mi boca te catapulta al infierno…
Todas mis vertebras son preciosas, se alzan hasta mi cuello,
mi centro es flexible y húmedo…
Mis pies caminan nerviosos y sucios,
tristísimos y viudos, llorando por un par de zapatos…
Pidiéndole a las piernas que corran para traerles unos tacones,
o unos tenis poco importa…
Quieren la protección tan útil de unos zapatos.
Ensilados bajo la condenación || Poemas de Rusvelt Nivia Castellanos
Bajo la umbría
Un joven delira en la necrópolis,
sorprendiendo pesadillas extrañas ante sus ojos,
deambula por entre lo tenebroso,
su mente se turba con ofuscaciones,
sólo desciende hacia lo tempestuoso,
va él como un moribundo por entre fríos de espinas,
captando depravaciones espantosas,
que lo mortifican hasta aterrarlo,
grita sus quejidos de lamentación,
porque siente al profundo dolor,
grave para este presente tan suyo,
padeciendo toda su expiación,
loco se horroriza como un embrujado.
Jaulas Abiertas
No cabe duda de que, a lo largo de la historia, la arquitectura ha sido receptora de significados casi alegóricos de las sociedades que la han producido, empleado, habitado. En el diseño, en la proyección y en la construcción de espacios suelen verse expresados los códigos y valores que componen consciente y/o inconscientemente a los grupos humanos. También la arquitectura, incluso en un mundo globalizado en sobremanera, arroja información sobre los entornos en donde se inscribe: nos habla del clima de una locación en particular, de los materiales que estuvieron disponibles para la edificación de los espacios, entre otros elementos. Además, evidentemente, nos habla de complejos entretejidos de relaciones de poder, dentro del cual destaca, por el simple hecho de estar invariablemente presente en cualquier caso, el vínculo entre los humanos y la naturaleza.
Anagnórsis || Microrrelato de Alejandro Espinosa
Fotografía: «Anagnórsis», de las esculturas de López-Arza, Marcos González González, 2014
Esta cultura, escribió Max en su libreta de apuntes, concibe la muerte como anagnórisis. Y subrayó el término griego considerando que pudo haber registrado aquello en una nota de voz del móvil.
Emulaciones entre el arte y la vida
La vida imita al arte, mucho más de lo que el arte imita a la vida.
Oscar Wilde, La decadencia de la mentira, 1889
Durante las últimas semanas he observado a personas de todo el mundo metamorfosearse en piezas de arte vivientes; leído identificaciones del actual enclaustramiento y la vida en soledad con obras de artistas como Edward Hooper y Peter Ilsted; y mirado adaptaciones de famosos cuadros al ámbito de la moda y del maquillaje. Las prácticas, potenciadas por la pausa social, nos dejan ver de qué manera las producciones visuales —entre ellas las obras ante las que hemos sido espectadorxs— impactan nuestras miradas y se convierten en paradigmas de nuestras vidas.
Los caminos apagados || Poemas de Javier Fuentes Vargas
Imagen: Licaón transformado por Zeuz, grabado neerlandés atribuido a Hendrick Goltzius, 1589
Hermaia
Me gustaría que alguien
Otoniel Guevara
una tarde
—huyendo del mundo—
derribara la puerta de mi casa.
La puerta de mi casa
es un puerto
para todos los gritos.
Desde ella
la espera es un templo
construido por Licaón
profanado por el silencio.
Poesía catalana: Poemas para irse o quedarse || Traducciones de Jerome Silva
Ilustración de Aimeé Cervantes
TODO PUEDE CAMBIAR SIEMPRE
Será como ahora:
bolsas, papeles, zapatos, ropa
por todas partes
y la maleta, aún vacía
sobre la cama.