Diablo
Sólo
una
palabra
basta
para
que huyan
todos
los demonios,
desaparezcan
los maleficios,
pierda
su
nombre
el Diablo.
Eres
el conjuro.
*
Magia negra
Extiendo mis manos a la noche y se dibujan
entre incienso y ramajes las líneas de mis dedos.
En ese momento, sin más alarde,
tal vez la condición de duda y los signos de misterio en mis ojos,
me pregunto, me respondo y me encuentro…
Se abren las botellas de aquelarre, las bolas de cristal con sus enigmas…
Se abre ante mis ojos la luna del destino:
tiritan los huesos en un embrujo,
vibran como alcohol los pies y los tobillos,
se contraen todas las partes de mí en un temblor.
Descubro que soy del azar
y de los dados y de las cartas, un universo, y que tal vez
ni los horóscopos, el tarot (el sol, el diablo…),
ni las limpias de copal y hierbas o de agua bendita en cruz
o el feng shui invertido
me sirvan.
*
Agua maldita
[Fractales]
I
La noche es un manantial de pensamientos.
Comienza la hora de las soledades,
el miedo primogénito: la imagen aturdida en el agua
cuando presenciamos la lumbre
de nuestro deseo.
II
Es un tic-tac tu cuerpo,
un ritmo pasmado como una marea,
una sinfonía que a un navegante embruja y lo vara sin rumbo.
De pronto en el mar hay un hueco;
olas que la ansiedad distingue apulso
tras el cristal
todo lo consumen en una sombra.
III
Aquí
en la niebla
a través de mi manos descubro
mi máscara; sin voz y sin más cara me encuentro
desnudo
en la impaciencia ciega
que es mi boca.
Busco tu forma:
la simetría de los hombros,
el color donde nacen tus lunares y tus pupilas.
IV
El tiempo no obstante
juega con sus dedos a borrar los días.
Ahora hay tantas raíces de desmemoria
que invaden las imágenes, los órganos y los labios
del recuerdo.
Sumerjo mi rostro
en las cenizas que quedan,
apago mis lumbres en la fuente de tus muslos,
sumerjo toda esta luz
en los rescoldos del agua
y tu cintura abierta.
En ese momento la pasión revive los fantasmas de tu rostro,
resucito, cierro los párpados,
y me ahogo.
V
Despierto en la insomne sed que cicatriza
tu ausencia.
Agonizante sin agonizar
continúo,
bebo las gotas del sueño
donde abunda tu imagen
y su memoria,
tu cuello
y sus enigmas,
tu ombligo
y sus respuestas;
—aguardiente—
los huesos ebrios:
Círculos de Agua maldita
donde naufrago en esta noche.
VI
Hay tantas sombras
que surcan el mar de las paredes.
Tantas olas, tantos cuerpos; aguas que se doblan.
Dos peces que se enredan, platean y ennegrecen.
Pasión fugaz y rompible
donde cae un espejo y se quiebra y se multiplica
como los granos de una arena
a la que las llamas han de volver vidrio;
repetición fugaz irrompible
en las mareas de una pesadilla que desciende
como las fauces o una escalera
a la sed del ensueño;
respiración que despierta sobre la piel
como las agujas de un reloj
que marca el principio de la inocencia y la muerte;
el juego interminable de las soledades
donde sólo el sueño
solamente
postra los labios frente a la oquedad.
Autor: Jesús Sánchez Moreno (Acapulco, 1994). También ha publicado bajo el seudónimo Xue Moreno. Es Lic. en Creación Literaria por la UACM. Ha publicado en Ágora (COLMEX), Espora (UDLAP) y Punto de Partida (UNAM), entre otras. Antologado en Argentina, España y México. Obtuvo el segundo lugar en el Concurso de Creación Literaria del XVII CEEECIIL de la UAM-I.