¿Qué es el arte?

Obra: El derramamiento de sangre, de René Magritte 

¿Qué es el arte? Me planteé el objetivo de escribir un ensayo intentando responder esta pregunta. Estuvo presente durante semanas hasta que ya sólo parecían sílabas alternadamente colocadas en mi cabeza. Cuando pensamos en “arte” una serie de imágenes pueden llegarnos a la cabeza: la escultura de la Venus de Milo, unos girasoles de Van Gogh, sin embargo, responderla puntualmente es algo que me deja sin palabras. Pareciera que pudiera conocer todas las corrientes artísticas, todos los artistas renombrados por la academia y aun así no tener idea de cómo resumir lo que hacen. 

Es muy probable que cualquier artista en vida escuchara por lo menos una vez “eso no es arte” cuando se trata de su obra. Le pasó a Marcel Duchamp con el ready-made, a Cy Twombly con sus trazos y hoy en día a los artistas contemporáneos con las instalaciones. No sabemos lo que es el arte, pero todos somos expertos en lo que no es.

Intentar responder esta duda que parecía no tener respuesta me llevó a cuestionarme aún más: ¿Por qué es importante? ¿Por qué debería hacerlo yo? Al investigar para obtener más claridad, por supuesto que no era la única. Existen miles de definiciones que intentan acotar lo que es el arte. “Capacidad, habilidad para hacer algo” es la primera de ocho definiciones por parte de la Real Academia Española (RAE). A parte de mi desdén por darle cualquier tipo de validación a la RAE, también creo que esta definición no explica absolutamente nada. 

En mi creciente necesidad por encontrar una respuesta, y más aún por entregar esta columna, me empecé a enojar. Comencé a escribir acerca de lo mucho que me desespera la escena del arte, convenientemente colocándome por fuera de la misma. Reflexioné acerca de la soberbia que viene con creer que se le puede dar una definición. Estaba creciendo mi molestia, pero el enojo no me ayudaba a responder ni escribir nada. Me comencé a ahogar en la ansiedad que viene con querer definir algo que en su naturaleza no debe tener definición, aunque esto también viene con sus complicaciones. Si argumento que cualquier cosa puede ser arte entonces, ¿qué no lo es? 

Comencé a cuestionar mi propia capacidad y validez para acotar esta palabra. Han existido cientos de personas más calificadas que yo que han intentado darle una definición y no lo han logrado. ¿Qué me hizo pensar que yo puedo hacer la diferencia? No tengo un titulo que respalde mi conocimiento acerca del arte. ¿Por qué podría definir lo que nadie más ha podido? El síndrome del impostor me comenzó a carcomer. ¿Acaso había perdido la habilidad de escribir también? Siempre me fluyen las palabras sin necesidad de pensarlo mucho, ahora parecía que no podía terminar una oración sin entrar en un sinfín de preguntas acerca de quién soy y lo que soy capaz de hacer. 

Cada día se acercaba más la fecha de entrega de esta columna y yo me sentía progresivamente alejada de mi capacidad de encontrar respuesta a la pregunta. Tal vez debía solamente entregar algo que ya escribí y dejarlo a un lado. Parecía que entre más escribía al respecto, más complicaciones me hacía acerca de lo que quería decir. 

Pensé durante semanas hasta que mi mente entró en blanco. Ya no había más que pensar, todo lo que podía reflexionar ya lo había hecho y no había ayudado en nada más que en frustrarme. Fui a un concierto a dos días de la fecha de entrega de esta columna, poco interesada por lo que me pudiera encontrar. Me sentía realmente aturdida. Pasé de vivir una creciente ansiedad a un absoluto desinterés. ¿Qué es el arte?

Me fume unos toques de marihuana para callar la mente y llegué al Auditorio Blackberry. Busqué mis asientos hasta el final del auditorio y fui a comprar unas palomitas para hacer de este evento algo más interesante. Comenzó el concierto, con proyecciones de cine experimental sobrepuestas ante las sombras de los músicos. “Bola de mamones”, pensé, poniéndome por completo fuera de la experiencia. Pensé lo realmente intolerable que es ser un humano. Lo desgastante que es encontrarme rodeada de tantas personas que no conozco y lo incómodo que es ser yo misma. ¿Por qué me siento tan enajenada de mi alrededor? ¿Por qué me cuesta tanto trabajo incorporarme al mundo? ¿Por qué me siento observada?

Pareciera que lo que necesitaban los músicos de mí para disfrutar de la experiencia era algo que yo me sentía incapaz de hacer. Debía comprarme su historia, dejarme llevar por las notas y los visuales para pasar a tener una experiencia estética y sensorial que me moviera al llanto e hiciera de esto una experiencia dramática y transformadora. Tenía la obligación de callar mi cerebro para solamente escuchar, sentir y aullar en conjunto con el público. Después de semanas de intentar responder qué son estos estímulos. Me había entumecido ante la experiencia. Sentía nulo interés por jugar el juego de los autores, por participar en una experiencia colectiva con un grupo de gente al que no pertenecía. Yo no firmé mi parte del pacto de ficción, por lo que el saxofón pudo haber sido un gato maullando y a mí me hubiera provocado el mismo desdén. 

El ruido incrementaba y yo sólo entraba más profundo en mi debraye ¿Qué estoy haciendo aquí? ¿En qué momento me sentí identificada con este grupo de personas? ¿Cuánto tiempo más debo pretender entender qué es esto? La sensación de incomodidad pasó a ser física hasta que mi sudor se convirtió en un resistol entre mis piernas y el asiento. Acalorada, fastidiada y aturdida, decidí salir a fumarme un cigarro y entregar esta columna de una vez por todas. ¿qué es el arte? ¿qué es el ar te? ¿q u e  e s  e l  a r t e? ¿¿qqquuueee eess eell aarrttee?? ¿ǝʇɹɐ ʅǝ sǝ ǝ̗nb? ¿qué?