Evanescencia – Microrrelato de Baltasar Botavara

A la memoria de Julieth Ramírez

Lo que hizo Alicia Díaz el 9 de septiembre de 2020 antes de las 6:50 p.m. no importa ya, pues nada de aquello explica lo que sucedió después, y lo que quería hacer ese 9 de septiembre después de las 6:53 p.m. tampoco importa, porque no sucedió jamás. 

Lo que importa es que, en algún momento, en el efímero decurso de su historia, Alicia sintió algo en el pecho, tan caliente como el sol que hacía unos minutos había visto morir en el ocaso y tan doloroso como una herida: su corazón había tropezado con una certera bala perdida que nadie vio, nadie oyó y nadie disparó, pero sólo ella sintió. 

Para Alicia en ese momento las luces terminaron de anochecer y el ruido enmudeció, mientras en otra dimensión su amiga le pedía que despertara, los encapuchados veían curiosos a una desconocida que yacía en el suelo y los policías seguían disparando al azar en nombre de Dios y de la Patria.

Y Alicia se evanesció allí, etérea, diáfana, entre las sombras de una noche que para otros fue más larga que de costumbre. Aquella noche, otras once personas también se evanescieron cuando tropezaron con otras balas que nadie vio, nadie oyó y nadie disparó. 


Autor: Baltasar Botavara (Bogotá, Colombia. 1987). Economista y escritor. Sus relatos se han publicado en revistas literarias de México, Argentina y España.