Sueño de día
Sobrevolando por los ríos de tu cama
va tu cuerpo,
sube y baja como aliento
sin aire, muerto,
ausencia presente de tu llama.
Te sueño soñando
entre la tinta
olor almizcle, otro bando
de pasiones indistintas
para quien no te sepa
ni recuerde tu palabra esteta.
*
Una tal Noche
No tengo la paciencia ni el sueño
para seguir aquí, escribiendo
los trazos de la muerte añorada
y los besos miopes de madrugada.
La Noche pasa sin darme la mano,
los perros les ladran a mis fantasmas
esperando un hueso de damas
y los gatos corren al viento que amo.
Noches de insomnio como hoy,
que sin pesadillas fue ayer,
susurran lo que fui y cómo estoy.
La desangrada mañana me cuenta,
con lágrimas y púlpitos de ser,
que el Día ya no me encuentra.
*
¿Será?
¿Será este el último pétalo,
en agonía, de inocencia?
¿Serán estos los labios
de los besos de demencia?
¿Podría ser este el tiempo
de gritar para no abrirlo?
¿Podría mi alma no sentirlo?
¿Podrías tú escribir tu encanto?
¿Podrías morirte y dejarme
sin yo seguirte al mirarte?
Será el tiempo entonces
quien me diga: «me supones».
Vienes de madrugada,
anhelo de tu ausencia,
pruebas, como si nada,
sin aviso ni advertencia,
el candor de unos leños,
frío ardiente de mi ensueño.
Autor: Duncan Axel P. H. (2002). Actualmente, estudia en la Universidad Nacional Autónoma de México. Ha publicado algunos textos en la revista Cantos al Olvido, el blog Páak’al y el periódico ¡Goooya! Es integrante del Izektario Zero, proyecto cultural que creó una biblioteca comunitaria, organiza charlas y fomenta arduamente la lectura.