Al abuelo
En un alma vieja
sólo emerge la ausencia,
decía papá señor.
Ahora yo soy el abuelo,
o abuelito,
en los cada vez más frecuentes
días de parqués,
acaloradas tardes de dados musicales
con arepa y guarapo
como cuando era pobreza,
porque le cuento,
ahora soy rico,
ya no hay tanta guerra,
puedo comer
bien fritico
y con buena salecita
la papita en paz.
*
Tarde de lluvia
Ya no puedo ni contar las gotas,
la ventana pareciera estar inundada,
¿o serán mis ojos que necesitan un desagüe?
Dentro se derraman cataratas
y se empañan por la bruma,
veo borrosas las montañas,
parecen camuflados
monstruos acechando
como una jauría de verdugos.
Desdichado el destino de la presa,
una anciana
esperando el ocaso,
escuchando los quejidos del viento,
arropada con ruanas y aromáticas,
de anteojos
desprovista y víctima
de la ceguera,
intentando contar las gotas de la ventana.
Autor: Juan David Cárdenas Ramírez no lo recuerda, pero nació en Bogotá, Colombia, un viernes de abril del 97. Lo que sí recuerda es que estudió Matemáticas, es bailarín en la Compañía de Danza del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, y escribe en las tardes después de fumar con sus amigos.
