Todo [ser humano] puede ser, si se lo propone, escultor de su propio cerebro
Santiago Ramón y Cajal
Neuralink se describe a sí mismo como un equipo creador de interfaces cerebrales en forma de dispositivos que ayudarán a expandir las habilidades de nuestro cuerpo y de nuestro mundo. Recientemente presentaron un dispositivo que promete resolver problemas neurológicos tales como la depresión, las adicciones y la ceguera; podrá conectarse inalámbricamente al celular. Según la presentación, el artefacto se podrá implantar en el cráneo con pegamento. La cirugía estará en manos de un robot y durará menos de una hora.
El dispositivo de Neuralink ya fue implantado en cerdos como parte del proceso burocrático que la empresa tiene que pasar con las agencias correspondientes del gobierno de Estados Unidos. Los resultados sólo muestran la lectura de los impulsos eléctricos de la corteza cerebral del cerdo en forma de sonidos.
La empresa ha despertado sospechas, pues ninguna documentación fue liberada para explicar los mecanismos, procedimientos y experimentos del dispositivo. Algunos han tachado a todo esto de un teatro neurocientífico destinado a captar inversionistas ingenuos. Los alcances del proyecto siguen siendo bastante cuestionables y la bioética de la empresa sufre bastante con sus procedimientos y con la despreciable figura de su fundador: Elon Musk.
Una de los objetivos a largo plazo del diseño conceptual del dispositivo es la conexión completa entre mente y tecnología. Tal conexión desembocaría en una hiperconectividad colectiva donde los impulsos y las señales viajarían en una dimensión tecnobiológica similar a las que hoy entrenan a las inteligencias artificiales. Una nueva red que abrirá posibilidades conceptuales antes imposibles. Olvidemos Neuralink por un momento. ¿Qué implica expandir nuestro campo cognitivo a través de artefactos electrónicos?
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La aparición de implantes cerebrales electrónicos podría fácilmente desembocar en el implacable advenimiento de biohackers capaces de modificar los patrones de sueño, el estado de ánimo y el proceso cognitivo de los cyborgs recipientes de los dispositivos con fines que podrían terminar en el robo de recuerdos a través de phishing sensorial, ransomware que secuestre el estado de ánimo para exigir un rescate por la felicidad y, en últimas, el hackeo del cerebro humano en manos de piratas cognitivos de sombrero negro.
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¿Una hibridación entre lo humano y lo tecnológico puede concebirse en nuestra dimensión cognoscente? Hay dos posibilidades tras la realización de una cognición extendida: Primero está la posibilidad de tomar la base biológica de la conciencia e hipermejorarla con aparatos tecnológicos capaces de establecer conexiones eficientes con el sistema nervioso. Luego tenemos la postura que dice que la existencia de una cognición tecnohumana requiere de la creación de un nuevo entorno cognitivo lo suficientemente complejo como para reintroducir las viejas características biológicas en nuevo tecnoambiete.
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Los atenienses guardaron el barco en el que regresó Teseo de la isla de Creta. Reemplazaron la madera deteriorada por nuevas y relucientes tablas. Con el paso del tiempo, todas las partes originales fueron remplazadas. Con todas las piezas distintas, ¿se trataba del mismo barco en el que regresó Teseo?
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Si una parte importante de las células viejas de nuestro cuerpo mueren y son reemplazadas por nuevas cada cierto tiempo, ¿hasta cuándo somos los mismos?
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Hice mía la distribución del teclado qwerty en todos los niveles de consciencia. Lo supe con certeza tras soñar con mis dedos tecleando las palabras que pensaba. Mis dedos son la máquina taquigráfica de mi mente. El teclado es un sistema corporal acoplado a mi mente. Q / W / E / R / T / Y / U / I / O / P.
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Si el mundo externo ensambla el territorio cognitivo de nuestra mente, ¿es nuestro cuerpo una mera consecuencia de la prolongación comunicativa entre la neurita de una neurona y la dentrita de otra? ¿Es nuestro cuerpo un mero neurotransmisor?
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Nuestro sistema cognitivo ya se encuentra conectado de manera inalámbrica a nuestro teléfono. El dispositivo de la empresa de Elon Musk permitirá otra sincronización vía Bluetooth entre nuestra mente y nuestro celular. Neuralink es un metaconector que tiene que ser hipercorporizado.
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Ilustrador: Carlos Gaytan Tamayo (Ciudad de México, 1999). Estudia Ciencias y Artes para el Diseño en la UAM Azcapotzalco. Formó parte de varias exposiciones colectivas de cartel en su universidad. Algunas de sus obras ilustran artículos de Cultura Colectiva. Su trabajo se inspira en diversas técnicas y se encuentra en el diseño gráfico y la ilustración.
