Galia Eibenshutz: Movimiento trazado en el Museo de Arte Carrillo Gil

¿No es el acto de dibujar, así como el dibujo en sí mismo, más devenir que ser?

John Berger

Los museos en la actualidad han transgredido al génesis que los instituyó como meros escaparates de arte. Las posibilidades de los espacios museográficos, así como las del arte en sí mismo, son cada vez más dinámicas y volubles. Por lo tanto, muchos espacios buscan distorsionarse en búsqueda de una mirada holística del arte, donde quepan (física e ideológicamente) proyectos transdiciplinarios que nos sirvan como pautas de lectura de lo contemporáneo. Éste es el caso de la sala principal del piso más alto del ‘Museo de Arte Carrillo Gil’, la cual se reconfigura a partir de la muestra Moverse para nombrar, de la artista visual y bailarina mexicana, Galia Eibenschutz.

El trabajo de Galia, debido a su doble especialidad, difumina los límites de lo visual y lo performativo en pos de la transdisciplinariedad dentro del museo. Aquí, el dibujo no es más que una huella de movimiento; el cuerpo, la herramienta primigenia de cualquier trazo; y la sala de exposición, un posible escenario que muestra y registra acciones energéticas en el espacio. Eibenschutz, auxiliada de las capacidades espaciales del ‘Carrillo Gil’, nos transmite la confluencia que existe entre las artes performativas y las artes plásticas, librando a las primeras de su supuesta sentencia efímera y a las segundas de su aparente perpetuidad.

El corazón de la exposición lo constituyen tres performances que se han desarrollado desde el 30 de octubre de 2019, día en que se inauguró la muestra. El primer performance, que se realizó esa misma noche, se llamó “Dibujos efímeros” y consistió en la creación de un dibujo colectivo, en el que cuatro bailarines contemporáneos, al ritmo de un baterista y acompañados de la voz de una cantante, realizaron trazos con gis sobre un soporte, a partir de los movimientos de sus cuerpos, guiados por un previo trabajo con Eibenschutz, quien estructuró y participó de la escena. De este primer performance, permanece el dibujo un tanto gastado, como una huella que es testimonio del acto sucedido. El trazo queda impregnado en el espacio que hizo de escenario y ahora, retoma su función de expositor. 

Dos performances más activarán otros espacios dentro de la sala: “Dibujos de transmisión”, que se llevará a cabo el 27 de noviembre, y “Terreno vulnerable”, que se realizará el 7 de diciembre. De estos dos momentos, en la sala sólo hay indicios de lo que ocurrirá: un enorme muro en blanco, baldosas de cerámica en el suelo, vestuarios hechos de papel, espacio vacío. Estos elementos se nos muestran como premoniciones de lo que está por venir. La sala, que de momento reposa, volverá a estimularse al grado de transformarse nuevamente en escenario.

Vestuarios que han sido utilizados por los performers

Mientras tanto, pausa. Caminamos por la sala para entender más del trabajo de Eibenschutz. Se nos muestran dibujos que ha realizado en los últimos años a partir de experimentar con los movimientos de distintos cuerpos, especialmente el suyo. Podemos ver videos que nos permiten adentrarnos de manera más detallada en sus formas y sus métodos. Vagamos por el espacio de paredes ralladas, en medio de acciones que acontecieron y otras que acontecerán. Entendemos el presente estatismo, como la evidencia de que alguna vez hubo movimiento y como la anunciación de que regresará.

Dibujos efímeros:
Corazón / manos / voz Pastel sobre muro, 2019
Círculo brazos con paso atrás, Pastel y acrílico sobre bastidor de madera, 2019

Por lo tanto, lo performático, por ahora, parece recaer en nosotros como público, en nuestra interacción con la obra de Eibenschutz y en nuestro desplazamiento por el espacio que la contiene. No obstante, la artista y sus colaboradores también participan de esta performatividad; se aparecen ocasionalmente, sin previo aviso, dentro de la sala del museo. Se reúnen con el propósito de ensayar o resolver alguna cuestión sobre los performances que se llevarán a cabo, generando así dinámicas abiertas al público en las que podemos experimentar los procesos artísticos del trabajo de Eibenshutz. El supuesto sosiego en el que se encuentra la sala la mayor parte del tiempo es relativo: el espacio puede activarse en cualquier momento a través de estos encuentros, pero también puede accionarse a partir de nuestra circulación y actividad dentro del sitio.

La muestra de Galia Eibenshutz nos incita a repensar los límites entre las disciplinas artísticas que componen los dos motores fundamentales de su trabajo: el dibujo y el movimiento. El performance le permite fundir ambos catalizadores en uno solo, al explorar lo cinético del dibujo y los trazos que puede dejar la coreografía. A la par de esta experimentación, las fronteras de lo museístico también se ven transgredidas, se estiran, se moldean y se diluyen conforme la sala del museo se convierte en escenario. Es aquí, dentro de la sala principal del último piso del ‘Museo de Arte Carrillo Gil’, que los cuerpos se despliegan, se mueven y dibujan.

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Performances:
«Dibujos de transmisión»|Noviembre 27, 19:30 h
«Terreno vulnerable»|Diciembre 7, 13:30 h

Moverse para nombrar de Galia Eibenschutz en ‘Museo de Arte Carrillo Gil’ Av. Revolucion 1608, esquina Altavista, Col. San Ángel
30 de octubre, 2019 – 12 de enero, 2020