Nunca sobra una buena navidad en familia, mucho menos cuando hay cantos, comida… y suicidios masivos. Severin Fiala y Veronika Franz, directores de Buenas noches mamá, regresan con una historia que deja literalmente frío al espectador con una historia intrigante y aterradora, con giros lo bastante pronunciados como para impresionar a cualquier asistente a las salas de cine.
