Etiqueta: Recomendaciones

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Cuatro poetAs

Si un estudiante extranjero de español al que le han dicho que en nuestra lengua todas las palabras que terminan con –a designan a sustantivos femeninos, ¿qué hace con la palabra poeta? ¿Qué artículo se le asigna sin mayor contexto? ¿La poeta, el poeta? Poēta, en latín, era una palabra de género gramatical masculino. Sin embargo, pertenecía a la primera declinación que incluía, casi en su totalidad, a sustantivos de género gramatical femenino. Era, como se enseña en las clases de latín, una excepción. Y, por mucho tiempo, las mujeres escritoras de poesía fueron una excepción y un caso peculiar pues, sus versos no eran considerados dignos de entrar a la historia de la literatura dado que se creía eran únicamente dedicados a los sentimientos y las pasiones. Así, muy pocas mujeres consiguieron un lugar en el canon literario y por ello, hoy tenemos pocos registros de la expresión poética femenina de muchos siglos. No hace falta más que una simple búsqueda en Google para comprobarlo: si se busca «Poetas mexicanas» aparece una larga lista de poetas varones en la que solo se logran colar Sor Juana Inés de la Cruz y Rosario Castellanos. Pero, si cambiamos a «Poetisas» los resultados son diferentes.

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Alaíde Foppa: feminista profesional

Para Myrian Caballero, por creer en mí

Argentina, la lucha aún no acaba

ni allá ni acá ni en todo el mundo

«Todos se preguntaban a qué hora hacía Alaíde tantas cosas» – Carmen Lugo

Mientras caminábamos por los pasillos húmedos de una escuela provinciana, Myrian Caballero me contaba, durante el tiempo entre clases, de su paso por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Narraba con emoción las clases de Rosario Castellanos y Juan José Arreola. Recuerdo casi textuales sus palabras sobre Juan Rulfo: «Era un hombre tan guapo, llegaba siempre de traje y tenis. Era callado, serio y casi nunca daba clase: se ponía a jugar ajedrez con los alumnos y nosotras íbamos solo a verlo». En una de esas apresuradas pláticas me dijo: «Lo mejor de todo era escuchar a Alaíde Foppa».

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Mujeres a la cocina (IV) ─ Mientras más la mires…

Después de terminadas las tareas diarias del hogar, de doblada la ropa, de cenado el marido, de dormidos los niños, ¿qué queda? La melancolía. El pensamiento triste que se mete por todas las esquinas como el polvo, y por más que se barre, y por más que se limpia, nunca se acaba. Siempre hay una perenne capa que termina sirviendo de protección a los muebles, a las puertas, al comedor y a una misma.