El libro que publicó Mario Calderón Lenguajes en la poesía mexicana (entre el canon y el folclore) causó cierto polémica [1] en el medio de las letras debido a que desató una vieja lucha acerca de las antologías de poesía, pues para Calderón el antologador debe basarse en criterios “convincentes” y no guiarse bajo el gusto del que antologa. Entonces, son los teóricos y críticos que tienen “autoridad para hacer antologías» y no el poeta:
“las antologías que han despertado mayor polémica son las que han pretendido, sin criterios o argumentos convincentes, decir cuál es la lista de los verdaderos poetas mexicanos merecedores de trascendencia”[2]