En ocasiones he ido por la vida tratando de capturar recuerdos: de pronto me asalta la necesidad de capturar uno, así que miro a mi alrededor, encuentro algo que me llame la atención y lo observo con intensidad, trato de memorizar todo lo que lo construye, y de repente tengo un recuerdo sin sentido ni significado, pero que habita en mi mente. La primera vez que lo hice fue a mis ocho años, iba con la hermana de mi abuela al centro de la Ciudad de México, la tía Ali. Me llevó en un camión colectivo que pasaba detrás de la casa de los abuelos y toma todo el Eje de la Merced, una de las avenidas que atraviesan el primer cuadro urbano. Nos bajamos en la calle de Emiliano Zapata, que se convierte en la de Moneda conforme se acerca a Palacio Nacional y ahí vi una de las farolas, coronada por un dragón (o quizá un delfín medieval), y la observé con tanta insistencia que aún hoy puedo verla encendida en medio de las neblinas de mi memoria.
Etiqueta: Maternidad
Vínculos, crianzas e intercambios: ”Si los bebés cambian de color”, de Ana Torres
¿Cuánto dura la herida de la cesárea? ¿Cuántos exámenes de ADN son pertinentes para confirmar la maternidad? ¿Cuánto y cómo cambian los bebés desde su alumbramiento hasta estar en casa? Editorial en el mar publicará dentro de poco Si los bebés cambian de color (2022), de Ana Torres, una novela fresca y aguda sobre los lazos sanguíneos, la pérdida, el dolor y la maternidad deseada. Es parte de una nueva narrativa en primera persona que reivindica crudamente las experiencias personales como materia prima para repensar los roles de género y la agencia de las madres en sus propios procesos de maternidad.
A la búsqueda del buen padre
“Sabe, Sra. Buckman, se necesita sacar una licencia para comprar un perro. Se necesita sacar una licencia para manejar un carro. Diablos, se necesita sacar una licencia incluso para pescar. Pero dejan a cualquier pendejo ser padre”. Esta frase de Todo en la familia (Ron Howard, 1989) ejemplifica uno de los clichés más populares del cine: el mal padre. En efecto, si la bondad materna se da por sentada (y cualquier comportamiento fuera del ideal inspira cuentos terroríficos), la paternidad se suele asociar con la ausencia, el maltrato o la ineptitud. Sin embargo, contamos con algún buen padre que, además de ayudar a sus hijos, nos ofrecen una alternativa a la masculinidad más tóxica.
Malvada, ausente, controladora: la madre en el cine de terror
La maternidad es un eje vertebrador de nuestra sociedad: gracias a las madres y su capacidad para dar la vida, puede perpetuarse la especie y, así, el modelo de familia tradicional. Curiosamente, la concepción, gestión y parto ha sido tema tabú durante años, incluso en las películas; no fue hasta mediados del siglo XX que empezamos a ver las primeras representaciones honestas de la maternidad en el cine. Más adelante, con las revoluciones sexuales y sociales se cuestionó la idea convencional de madre, con su repercusión en la gran pantalla. Teníamos pues a madres solteras, embarazos no deseados o, simplemente, experiencias alejadas del idilio presentado hasta entonces. Uno de los géneros donde mejor se ve esta evolución es el terror. Desde la virginidad como salvación en Nosferatu, una sinfonía del terror (F.W. Murnau, 1922) hasta la deconstrucción del idilio materno en Babadook (Jennifer Kent, 2014) o Hereditary (Ari Aster, 2016) ha habido un largo recorrido. Vamos a descubrirlo.
Colecho || Cuento de Ana Torres
Ilustración de Aimeé Cervantes
Salí del hospital con mi niño en brazos. Me sentí orgullosa de mí misma. Solicité que no me sacaran en silla de ruedas, pero el camillero me dijo que era un protocolo forzoso. Me sentí aprovechada por usarla cuando podía caminar perfectamente. Nos subimos al auto y llegamos tres a casa.