Perorata de un loco (otro rayo de luna)
«La vi. Filo de guadaña la luna.
La hierba a vértigo de selva sonaba.
La miraba, tan sólo la miraba.
Rayo era que refulge en la laguna,
una cósmica reflexión montuna,
perdida esquirla de una estrella brava,
luz maldita que del hombre secaba
las razones. ¡Oh, suerte cruel y bruna!
Porque lo bello no nos salva, no…
Era el horror ceñido de artificio,
ojos serenos que el diablo tomó
para hurtar el elixir de la mente.
No los mires que a través de su esquicio
está hacia la postrera sombra el puente».