Vivimos en un mundo material, y sólo somos capaces
Stefan Zweig
de comprender lo que se ofrece visiblemente a nuestros sentidos.
I
Sus letras
simbolizan la nostalgia
del café de olla
que preparaba la abuela,
la seguridad
del plato de frijoles negros
en la mesa,
la alegría de nuestra madre
al enseñarnos
a freír un huevo en el sartén.
Condimentar la vida se aprende.
Oler el paso del tiempo se hereda.
Capear la tristeza se aprende.
Inventar la lista del yo se hereda.
Nosotros sazonamos los días.
Adobar la voz interior nutre el ser.
La chispa de los rituales aviva
fuego del corazón de toda historia.