Hace unas semanas, Laura Sánchez Vegas, directora del popular local de comedia en Madrid La Chocita del Loro, desató la polémica tras declarar que no contratan a más mujeres porque “su humor es como muy de víctimas o muy feminista” y, en definitiva, “diferente”. Estas palabras remiten a un tópico que persiste con fuerza aún hoy: las mujeres no tienen gracia. No importa cuántas nuevas humoristas exitosas surjan, en el imaginario colectivo, la mujer es incapaz de hacer reír. Si pensamos en los imprescindibles del cine mudo, nos vendrán a la cabeza Charles Chaplin, Buster Keaton, Harold Lloyd, pero ninguna mujer. Si avanzamos en el tiempo, ocurrirá lo mismo: ha habido actrices importantes que han trabajado en la comedia, pero ninguna es percibida como una gran cómica. ¿Por qué han sido apartadas de este género? ¿Podemos afirmar que las cosas han cambiado?
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¡No tiene gracia!
“Todo es divertido siempre y cuando le esté pasando a otro”. Esta frase de uno de los reyes de la comedia, Will Rogers, resume a la perfección la esencia del género: las desgracias ajenas, bien ejecutadas, siempre han asegurado las risas del público. Por supuesto, las cosas han cambiado un poco desde aquellos primeros gags de fuerte influencia teatral con música clásica de fondo. La introducción del sonido fue todo un punto de inflexión que permitió hacer un humor más sutil y con más matices. Así, a la comedia clásica le aparecieron varios subgéneros, tales como la parodia o la comedia romántica. Ahora bien, por más lejanas que nos puedan parecer las películas de Charles Chaplin o de Buster Keaton, el cine moderno les debe muchísimo, más aún por ser fuente de inspiración para muchas comedias actuales. ¿Por qué acabó la era de la comedia muda? ¿Podríamos afirmar que es, en algunos sentidos, más actual que algunos filmes posteriores? Adentrémonos en la historia de la comedia en Hollywood.
Construyendo a la flapper
En esta columna ya se ha hablado del nacimiento de las flappers, uno de los arquetipos más conocidos del cine mudo, a mediados de los años 20. Ahora bien, ¿ocurrió esto de la noche a la mañana? En absoluto. Si no hubiera sido por los cambios culturales y sociales que tuvieron lugar durante la década anterior, habría sido imposible que apareciera una figura así.
Charlot: emociones, crítica y creatividad
Para que un personaje cinematográfico logre triunfar en su medio, necesita crear un vínculo con el público. Dicha conexión puede labrarse por diferentes aspectos: desde una confrontación moral, hasta la muestra de sentimientos en común con el […]