Las más de las veces, cuando el hombre ama a una mujer
es porque no tiene otra a quien amar.
ENRIQUE JARDIEL PONCELA
El amor es la destrucción continua de un mundo. El que piensa que su mundo se salva a causa del amor ha errado enfáticamente. En vista de que el amor muere en manos de los poetas que labran constantemente epitafios memorables, nosotros construimos, reforzamos, con base a experiencias, modelos en los que se vierten interpretaciones, anhelos, esperanzas, desilusiones, y también, por qué no, definiciones. Nada nos ha hecho creer que el amor tiene vida per se. Hemos fracasado queriendo comprender el amor que, imaginativamente, alimenta una voluntad violenta e incomprensible, aquella que se lanza a actuar inconscientemente y comete mayores males que bienes. Pero esto es lo que hemos aprendido en vida, con amigos y compañeros, acompañantes. Ellos nos han enseñado que no hay nada tan perfecto como vivir para uno mismo. La refutación ante esta premisa y opinión imprecisa es que «el amor es la destrucción continua de un mundo». Se logra ver desde ahora cuál es nuestro motivo y razón que nos conduce a definir el amor. ¡Oh, amor, incólume, precioso y hermoso!