Si nos sumergieramos en la mente de un director como Roman Polanski seguramente sus ideas estarían divididas en pisos de departamentos. A la entrada estaría un conserje que pudiera ser el mismo Polanski, vestido con […]
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George A. Romero, 2 de octubre no se olvida
Muy pocas películas marcan una época como lo hizo «The nigth of the living dead» («La noche de los muertos vivientes») del ya desaparecido director George A. Romero, catalogada en 2008 como la número 397 dentro de una […]
Martin McDonagh y los actos de violencia
El afirmar que un blanco es racista es casi tan grave como afirmar que un negro es ladrón o también tan ofensivo como decir que un mexicano es flojo y que quiere quedarse de mojado […]
Guillermo del Toro, los detalles de la oscuridad
Año 2007, «El laberinto del fauno» dio una nominación directa a Mejor película extranjera a Guillermo del Toro. A partir de ahí, el director mexicano estaba oficialmente en las grandes ligas dentro de la industria cinematográfica internacional. Aunque perdió ante «La vida de los otros», película alemana, el director había cruzado esa línea de «no ser escuchado» a «ok, tienes algo que decir».
«Un Edén sin hombres»: Cuando las mujeres dominaban Hollywood
Al preguntarnos por las directoras de cine famosas en el Hollywood actual, recordamos la siguiente frase de Tilda Swinton: “Las mujeres llevan haciendo cine desde hace más de cien años, pero cuando mueren sus esquelas son muy pequeñas». En efecto, las mujeres empezaron a trabajar detrás de las cámaras mucho antes de lo que se podría esperar. En sus primeros años, los estudios contaban con gran número de mujeres en sus equipos; se calcula que aproximadamente la mitad de las películas estrenadas entre 1915 y 1925 fueron escritas por mujeres. Nombres como Alice Guy Blaché, Frances Marion o Lois Weber eran sinónimo de éxitos de audiencia. ¿Cómo explicar la existencia del que un crítico de la época bautizó “un Edén sin hombres”?
«Te lo prometo»: la sublimación de la palabra
«Te doy mi palabra». Una promesa simboliza la magnitud de un sentimiento; a su vez, también encierra un margen de imposibilidad… si no existiera una ligera chance de error, nunca se prometería. El destino, sin embargo, en ocasiones se burla de nuestras certezas, de nuestras inquietudes, de nuestros miedos, de nosotros mismos y de nuestras promesas. En otros casos, sólo nos lleva a una doliente realidad que rebasa nuestras circunstancias, nuestra familia y nuestros mayores anhelos. Una de las joyas que nos regalará el próximo Tour de cine canadiense es la siguiente: Les rois mongols (2017) o Te lo prometo del director Luc Picard, cuya profundidad humana toca todos esos temas.