Mi padre vio morir a su padre
y cantó un par de canciones
el día en que se despidió del mundo.
De noche canta sin playera,
nunca ha arreglado la casa,
cree que la vida es un suspiro
detrás de otro.
Mi padre que trabajó
treinta y seis años en el gobierno,
al que le deben su liquidación.
Mi padre que tuvo
un hijo de piernas chuecas.
Mi padre,
que no dijo nada
el día que me gradué.
El padre que yo no pedí,
que ve en el sofá
películas de Pedro Armendáriz.
Mi padre que crió gallos
que nunca ganaron un derbi,
que no tuvo coche
y espera que yo cante
un par de canciones.
*
En mi cuarto no hay ventana,
sólo un pequeño tragaluz
donde no se sabe
en qué estación se vive.
Tengo una cómoda y un espejo,
el ropero a la derecha
donde cuelgan camisas
que no podré vivir,
a la izquierda una radio
donde anuncian
que hay guerra en algún lugar del mundo.
¿Qué sería de mí
si mi cuarto tuviera ventana
y dijeran en la radio
que un hombre le perdonó
la vida a su enemigo?
***
Ambos poemas pertenecen a su primer poemario publicado: Un fin del mundo que nadie comenta (Super Ediciones Prisma, 2020).
Autor: David Cacho (2000). Cursa la carrera de Estudios Latinoamericanos en la Facultad de Filosofía y Letras en la UNAM. Escribe poesía y narrativa.
