Ser y estar – Poemas de Guillermo Arbona Rojas

Estoy

y no es presencia;
los animales muertos
recuerdan a flores de plástico que he ido dejando
en forma de mensaje
en la orilla,
y recuerdan a todas las conchas que no recogimos, allá en el mar
las calles por las que no habitamos,
las casas de paso en las que nos quedamos
                                                           para siempre.

Estar no es presencia,
y los animales que no matamos
florecen entre la hierba,
esperan al sol,
habitan la tierra,
y como ritual
permanecen
en nuestra pequeña ausencia
en la que nos estancamos
                                    para siempre.

*

Entierro

Un pedazo de cielo
con el cuello partido
descendió de las alturas
hasta el infierno,
hasta nosotros.

Lo recogimos
haciendo de nuestras manos
manchadas de pecado
ataúdes improvisados,
lechos de terciopelo rojo,

y lo llevamos hasta un montículo de tierra cercano
y ahí lo dejamos caer
                                    otra vez
hacia la tierra, esta vez sana, limpia,
alejado el cuerpecillo de los curiosos felinos
que tanto íbamos a alimentar por aquella zona,

y después de pronunciar:
—Que te sea leve, amigo.
Se echó tierra sobre sus alas,
alas que nunca deberían haber tocado la tierra,
alas que alguna vez surcaron el rocío, aguantaron
la lluvia, la misericordia,
y la dura calle.

Y una vez que el pedazo de cielo
estuvo cubierto por completo
compactamos la tierra,
bajamos del montículo,
nos miramos
y como no supimos qué decir
caminamos hacia casa, con la mirada
clavada en la tierra,
guardando la vergüenza:
esquivando el cielo.

*

Universidades, cometas, pañuelos de papel arrastrándose entre la hierba

primero de todo la oralidad
eso estuvo bien
había una posibilidad para olvidar.
mucho tiempo después
Dios estaba en todas partes
te hablaba desde los espejos
desde el jacinto pudriéndose
entre las rejas del castillo
sobre un tapete blanco,
en el papel higiénico
DIOS DIOS DIOS
por tardes partes,
en la pira, en la lluvia,
entre los ladrillos,
en la cabeza del enemigo en la pica,
todo eso
y las rimas después,
no sé bien si antes o después
tenía su mérito
esa gente no tenía calculadoras
había que ser calculador
para escribir a la amada
y que todos tus esfuerzos fueran
hacia la métrica, el soneto, la rima
cometas sobre el cielo
contar los pasos de la oveja que berrea
toda la poesía no ha sido más que ovejas berreando
ovejas viejas
ovejas esquiladas
ovejas atropelladas
ovejas ordeñadas,
hacia ninguna parte
hacia el matadero
hacia el redil
hacia la caricia falsa
hacia Judas,
y todas las historias
que versan sobre nosotros
sobre las que estamos metidas entre el alquiler
y el porvenir
se quedan entre paredes de almizcle, metáforas que se
                                                                       derriten
sobre el papel,
historias para contar después de las diez,
sobre nuestras cabezas
universidades, cometas, pañuelos de papel arrastrándose entre la hierba
creando un remolino
infinito a su manera,
y a la de todos.


Autor: Guillermo Arbona Rojas (España, 1991). Escritor y estudiante de Literatura General y Comparada en la Universidad Complutense de Madrid. Desde los quince años trabajó como camarero, agente de aparcamiento, dependiente en tiendas de segunda mano, reponedor y librero entre otros empleos que no cotizan en la Seguridad social. Es autor de Ez (2018), novela con la que dio el salto al mundo literario en 2018. Un año después publicó El Gallinero (2019), libro compuesto por trece relatos. En 2016 obtuvo el segundo lugar en el III Certamen literario Efecto Mariposa con su relato titulado «El principito», que denuncia el abandono infantil y la precariedad laboral. A su vez ha colaborado con diversas revistas y publicaciones orientadas a la literatura. Algunos de sus cuentos y poemas han sido publicados en Letraria, Revista Kuma, Revista Purgante, Factoría de Autores, Espacio Ulises, El club de la fábula, Ngc 3660 y Fuego en Notre Dame. También fue seleccionado para el libro homenaje al poeta Mario Benedetti por Ediciones Cerezo.