Por la vergüenza que sentí,
por la cara colorada que puse cuando me preguntaron por mi abuela,
por la amnesia que fingí cuando la humillaron,
porque las cosas un día se vuelven demasiado,
el silencio perfora las venas,
las incendia,
y arrastra el cuerpo a los abismos de no dejarse de mover.
Escribo a modo de exorcismo,
para aliviar los años de silencio,
para compensar aquello que no dije,
regurgitar lo que sentí,
explotarlo,
evidenciarlo,
vomitarlo.
Decirlo una y otra vez.
Hablo desde mi rabia,
de años de inanición.
Me uno a la ola que me llama,
que me exhorta a silenciar las risas que ultrajan.
Llegamos al límite de la indiferencia,
viramos los reflectores
y las ausencias hoy tienen presencia.
Mi tía se fue de fiesta y nunca volvió,
nadie dijo nada,
la niña de enfrente se metió a jugar muñecas y salió con un bebé,
mi madre tiene náuseas
y nadie sabe por qué.
Decían.
Decíamos que sabíamos pocas cosas
pero no es así.
Sabemos.
Muchas sabemos.
Tenemos códigos de sobrevivencia.
Escribimos manuales silenciosos para preservarnos.
Mujeres de tetas firmes.
Mujeres que exhiben.
Mujeres que ganan.
Somos.
Mujeres de senos flácidos.
Mujeres de senos sometidos.
Mujeres que esconden.
Somos.
Mujeres verguenza.
Mujeres abuela.
Mujeres arena.
Somos.
Mujeres consejeras.
Mujeres sabias.
Mujeres resignadas.
Mujeres guerreras.
Mujeres ignoradas.
Mujeres dóciles.
Somos.
Nosotras.
Nietas, hijas, abuelas.
Somos adjetivos,
palabras adversas,
adoptamos formas,
nos adaptamos,
nos conjugamos,
congestionamos.
Somos aglomeración silenciosa.
Somos las “juntas de catálogos”.
Vendemos perfumes.
Abrimos las piernas.
Estudiamos posgrados.
Abandonamos la escuela.
Nos pintamos los labios.
Hacemos fiestas.
Recogemos el vómito del que se fue,
juntamos la basura,
guardamos los platos,
servimos la mesa,
llamamos a la madre,
pensamos en la vecina,
caminamos en tacones,
andamos descalzas,
nos enojamos,
gozamos,
reímos,
pensamos,
actuamos.
Nos camuflajeamos.
Compartimos hartazgo,
de madres,
de hijas,
de abuelas,
de tetas encerradas,
de paredes blancas,
de musas con flores,
de Blanches desquiciadas,
de Noras juiciosas.
Somos.
Estas somos.
*Este texto es un fragmento de 34FPS Fragmentos, dramaturgia de Susana Meléndez.
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Autora: Susana Meléndez (CDMX, 1990). Creadora escénica feminista, amante del mar. Licenciada en Actuación de La Casa del Teatro. Se ha desempeñado como actriz, gestora, dramaturga y directora, en México y Argentina. Realizó la Maestría en Teatro en Argentina. Se formó en dirección con Emilio García Wehbi y ha realizado seminarios con maestros internacionales como Maricel Álvarez, Philippe Lacroix, Mariana García Franco, Jean-Fréderic Chevallier, Marina Otero, Jorge Dubatti entre otros. En 2019 fue parte de la Residencia Escenarios de lo Real del Centro Cultural Helénico. Representó a la CDMX en el 4T Congreso Nacional de Teatro. Asimismo, fue jurado de la Muestra Estatal de Teatro de Ags. En 2020 fue seleccionada para representar a México en «Festival TransAmériques» en Montreal, Canadá. Actualmente dirige el proyecto Tejiendo redes seleccionado para trabajar en 2020 con Piso 16 Laboratorio de Iniciativas Culturales UNAM. Y es parte del V Ciclo de Dramaturgia Contemporánea escrita y dirigida por mujeres del Centro Cultural del Bosque. Su trabajo se distingue por la exploración sobre el territorio y las poéticas contemporáneas femeninas.
