«Cuerpo de mujer, peligro de muerte»: Rita Segato y Lorena Wolffer sobre los feminicidios en Juárez

En 2013, algunas calles de la capital mexicana fueron portadoras de un mensaje escalofriante. Con la tipografía y el diseño propio del gobierno federal, se leía: “Tu país está en guerra con sus mujeres”. Las calcomanías, realizadas por la artista y activista mexicana Lorena Wolffer, fungieron como un recordatorio de la permisión y colaboración de las autoridades en la permanente situación de violencia que azota al país. Con lo que parecía un cruel y desvergonzado reconocimiento de la irresponsabilidad del gobierno, la leyenda de Wolffer materializó un malestar generalizado: la legitimación misma del feminicidio por parte del Estado mexicano.

Ese mismo año, se publicó por segunda ocasión el artículo en el que la antropóloga Rita Segato trazó la que hasta ahora se erige como la hipótesis más viable para la surreal escena de violencia que se vive en Ciudad Juárez desde finales del siglo pasado. Este texto nace precisamente de las reflexiones que despertó en mí la lectura de “La escritura en el cuerpo de las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez: territorio, soberanía y crímenes de segundo estado”, así como de los diálogos entre la obra de Wolffer y el análisis crítico de Segato.

Entre 2006 y 2010 Lorena Wolffer presentó Mientras dormíamos [El caso Juárez]. Sobre una camilla, en un ambiente de morgue, y a partir de los reportes policiacos de 50 feminicidios en Juárez, la artista marcaba con un plumón quirúrgico cada una de las partes en que las víctimas documentadas habían sido mutiladas, torturadas, acuchilladas o baleadas antes de morir. Con este acto performático, Wolffer transformaba su cuerpo en herramienta política de denuncia; su piel, en vehículo de enunciación de lo que en Juárez siempre se ignora: nuestro país está en guerra con sus mujeres.

Lorena Wolffer, Mientras dormíamos [el caso Juárez], 2006-2010
Fuente: https://www.lorenawolffer.net

Desde su visibilización en los 90, los asesinatos en Ciudad Juárez se han envuelto por un aura enigmática y de impunidad. La mayoría de las explicaciones han apuntado a un móvil sexual por parte de los asesinos, personas solitarias, mitificadas como seres dementes, casi monstruosos. Rita Segato ha rechazado esta teoría para señalar que el feminicidio se trata de un acto discursivo, un mensaje con el que los agresores se comunican entre pares. Así, las violaciones, las torturas y los asesinatos tumultuarios que se perpetran en la frontera norte develarían un afán por hablar en voz alta para otros, para los que acompañan el crimen y también para los que miran desde fuera: los que callan, y cuyo silencio permite que resuene con mayor fuerza el alarido bélico de demostración corporativa que se enuncia en el ambiente de guerra señalado.

Lorena Wolffer, Tu país está en guerra con sus mujeres, 2013
Fuente: https://www.lorenawolffer.net

Mientras la artista nos va mostrando su cuerpo violado, vejado e imaginariamente mutilado, una voz masculina, monótona y neutral, describe el estado de los cuerpos asesinados (color de ropa, signos de violencia, edad, nombre, lugar donde fue hallado el cadáver). Entre las pruebas olvidadas, los rastros perdidos y las mujeres desaparecidas, que forman parte de la normalidad de Ciudad Juárez, la obra de Wolffer materializa las ausencias, las lleva al terreno de lo visual y lo palpable, donde no puede ya negarse lo que se perfila como evidente, y que también Segato señala: son las muertes tan numerosas, como las heridas yuxtapuestas en el cuerpo de la artista, que no podemos continuar pensando en el feminicidio como el fin último de un ente disociado de la realidad. El cuerpo de la mujer es más bien el medio por el que un grupo organizado de hombres se hace escuchar. La apropiación de un cuerpo otro llevada a la simpleza de un guiño de complicidad.

Lorena Wolffer, Mientras dormíamos [el caso Juárez], 2006-2010
Fuente: https://www.lorenawolffer.net

En una sociedad en la que la masculinidad tiene que ser probada de manera constante para reafirmarse, los cuerpos sometidos e inertes de las mujeres fungen como prueba para entrar o permanecer en la “cofradía viril”. El caso de Juárez constituye entonces el cumplimiento de un mandato de masculinidad dominante y violenta, llevado al extremo por un grupo de personajes que sella su pacto con la sangre de sus víctimas.

La lengua del feminicidio utiliza el significante cuerpo femenino para indicar la posición de lo que puede ser sacrificado en aras de un bien mayor, de un bien colectivo, como es la constitución de una fratría mafiosa. El cuerpo de mujer es el índice por excelencia de la posición de quien rinde tributo.

Rita Segato, «La escritura en el cuerpo de las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez: territorio, soberanía y crímenes de segundo estado», 2006

La imagen central de la performance es clara. Pensar el cuerpo de las mujeres desde lo que propone Segato es pensarlo como territorio de conquista, de colonización. En Wolffer, el cuerpo es el campo de batalla; sin embargo, la idea de lo bélico no puede realmente separarse de la de conquista. En ambas dimensiones se juegan relaciones de poder en y con el cuerpo.

Lorena Wolffer, Territorio mexicano, 1995-1997
Fuente: https://www.lorenawolffer.net

La idea del cuerpo como territorio, ya había sido explorada por Lorena en esta pieza en la que, desnuda, sobre una mesa quirúrgica y atada fuertemente a ella de pies y manos, recibía el impacto continuo de gotas de sangre sobre el vientre durante seis horas, mientras una voz en tono policiaco en off, insistente y tediosamente, repetía: «Peligro, se está acercando a territorio mexicano». En esta obra, Lorena representaba la alegoría del país.

Por lo dicho antes, no intento predicar que la obra de Lorena Wolffer ilustra lo que Segato afirmó. Pienso en sus propuestas como discursos que se tocan y se alejan en distintos puntos, pero cuyas impresiones, sentimientos y preocupaciones trascienden su ser individual, proporcionando miradas claves para la comprensión de las coyunturas de la violencia en Juárez.

Su trabajo devela una urgencia por entender, visibilizar y deconstruir las dinámicas hegemónicas que hasta ahora nos han regido. Podemos reconocernos en su inquietud. Es esa la misma razón por la que las mujeres marchamos, gritamos, vandalizamos; es esa la razón por la que escribo lo que escribo.

Lorena Wolffer, Tu país está en guerra con sus mujeres, 2013
Fuente: https://www.lorenawolffer.net