La fortuna del haiku en el mundo hispanohablante ha sido extraña. Por un lado, ha gozado de numerosas traducciones directas del japonés, además de que se han escrito una gran cantidad de haiku originales en español, y ambas aumentan cada año con nuevas publicaciones digitales e impresas; por otro, el haiku ha tenido la mala fortuna de ser muy practicado pero poco comprendido, e imprecisiones y estereotipos continúan propagándose incluso entre poetas y lectores experimentados. Esto probablemente se deba a la lectura reiterada de un grupo reducido de textos y autores populares o canónicos que abordan el haiku con una mirada audaz pero un tanto incompleta (los ensayos y las versiones de Octavio Paz) o de plano infame (pienso en Rincón de haikus de Mario Benedetti). El desconocimiento de la lengua japonesa agrava la visión exotista del haiku, pues impide la lectura directa de los haijin (俳人, poeta de haiku) japoneses y el acceso a los mecanismos poéticos internos del poema que son patentes sólo en su idioma original. A pesar de esto, el haiku ha sorteado estas brechas y se ha aclimatado con éxito a la sensibilidad y a la poética occidentales, en gran medida gracias a publicaciones de divulgación que han ayudado a un entendimiento más profundo entre los hispanohablantes, como El haiku japonés: Historia y traducción (Hiperión, 1994) de Jesús Rodríguez-Izquierdo, Haiku-dō: El haiku como camino espiritual (Kairós, 2008) y Aware: Iniciación al haiku (Kairós, 2013) de Vicente Haya, ambos excelentes traductores y haijin. Seis claves para leer y escribir haiku (Hiperión, 2020) de Seiko Ota se une a esta nómina esencial para la comprensión de una forma poética tan cercana y tan ajena.
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La lucha de las memorias: «Fandelli» de Guillermo Fadanelli
Cal y arena publicó hace unos meses el libro más reciente de Guillermo Fadanelli: Fandelli. En vez de venderlo como una autobiografía que reconstruya y logre mantener en pie las ruinas de los recuerdos, se aclara desde el principio que contar la propia historia, comunicar la esencia, la cosa en sí es una pretensión imposible. Aunque en esta obra hay fragmentos sueltos de la vida del autor, es cierto que nunca se podrá dar cuenta de lo que se es, e incluso suponiendo que fuese posible, no sería a través de un recuento de acontecimientos —uno más falso que otro— en forma de biografía.