Pequeñas escenas de lo majestuoso
El sincrético existir de las ballenas
pulsar sonoro habitando sus pulmones
eco magnetizado es su presencia
Lengua negra de un búfalo que es eco ancestral entre las rocas
El sincrético existir de las ballenas
pulsar sonoro habitando sus pulmones
eco magnetizado es su presencia
Lengua negra de un búfalo que es eco ancestral entre las rocas
Me gusta hacer limpieza por la noche,
dejar todo en orden
por si mañana no estoy,
por si es la última vez,
por si en algún momento…
Cuando me aumenten las penas
Violeta Parra
Las flores de mi jardín
Han de ser mis enfermeras
Durante sus últimos días, mi
abuela perdió toda conciencia del
tiempo y del espacio.
A mi abuela
Temes no ser tú
con la luna en tu cabello
y el pequeño cuerpo
con cicatrices de tiempo;
le temes al otoño, al tuyo.
Veo cómo te mueves
entre las hojas
senescentes
y me angustio.
Cuando llegue el invierno,
¿qué haré sin ti?
Mi padre vio morir a su padre
y cantó un par de canciones
el día en que se despidió del mundo.
Crecer en la Ciudad de Méxicoes no pisar las rayas o pierdes,pero grita “safo” si ganar es lo que quieres.Arrancar el último diente de leónporque necesitas esa suerte para llegar al Oxxo antes de las doce.Azoteas […]
No pido la eternidad,
se esfuma mientras se enuncia
pido un grito infinito,
una suspensión del tiempo
fuerza para soltar la voz
un no que se resista.
A la orilla del trino, cenzontle
recorre sinuosidad del epitelio, durazno
y miel en el lienzo, y curvas perentorias
sin que declinen, volcanes en sus manos,
rotundo placer de besar recovecos,
desliza como magnetismo y se une
se descubre un secreto en la cumbre,
y renueva en el desliz de la mano, marfil
y oro en proximidades, devuelve la caricia
fragante del aroma lascivo y yuxtapuesto.
Escribir para la posteridad, dijeron los poetas.
Y el sol encaneció detrás del horizonte,
los árboles dieron sus frutos más silvestres,
del papel brotó la neblina más espesa,
la noche convocó a todas las muertes,
el hombre caminó hasta redimirse,
el cielo apagó todos sus anuncios,
el mar lloró para abrazar sus costas,
el fuego arrojó el primer lamento,
la tierra dio un galope hasta sacudirnos los pies,
los pies buscaron arenas para hundirse;
las arenas, aguas para no olvidarnos del recuerdo del mar;
no olvidamos,
decirle al mar que la muerte no ha despoblado sus playas,
decirle a la noche que la muerte no ha despoblado sus lunas,
que morir es otro eco del mar mientras soñamos,
que nosotros somos la muerte en el intento de redimirla,
que la vida somos nosotros al recordar a quienes mueren
enterrando a quienes viven de la suerte de la unión,
que vamos amando la muerte, porque algo debemos honrar,
que, ante la sospecha del fracaso, aún, tenemos la muerte como guía,
los poetas dijeron que había posteridad porque había cielo,
los poetas dijeron que había posteridad porque había muerte.