Ilustración de Bernardo Fernández, Bef
VI
Quién dijo que tu cuerpo era hombre.
Quién le impuso ese destino
de ejército de demonios,
destructor de planetas,
paseante de cadáveres.
Ilustración de Bernardo Fernández, Bef
Quién dijo que tu cuerpo era hombre.
Quién le impuso ese destino
de ejército de demonios,
destructor de planetas,
paseante de cadáveres.
En artículos anteriores he hablado sobre un nuevo modelo de masculinidad que, lejos del “macho” insensible de los cuarenta y cincuenta, es más sensible y, en definitiva, humano. Sin embargo, cuesta encontrar a hombres así en comedias románticas recientes, tales como Super cool o Ligeramente embarazada (ambas de Judd Apatow, 2007). En ellas, se reivindica el poder del bromance, la amistad entre hombres. La relación con las mujeres, tras la tercera oleada del feminismo, es mucho más complicada.
Hasta ahora, se han discutido los arquetipos femeninos principales de la historia del cine: la flapper, la femme fatale, la villana, la embarazada. Ya se ha visto que, en un mundo escrito por hombres, la representación de la mujer se vio afectada, ofreciendo una visión distorsionada de la realidad femenina. Ahora bien, a pesar de contar con una mayor variedad de personajes, los hombres también se vieron reducidos a meros estereotipos. Quizá el más significativo de ellos es el del hombre viril e insensible, el que jamás llora. Esta idea ha condicionado la visión de la masculinidad hasta hoy.