Cuando un hombre y una mujer se hechizan mutuamente y se encuentran envueltos en una bruma de intoxicación romántica, el río Vaigai comienza a fluir en sus corazones. El concepto de que cuando el agua se extiende como una ancha sábana se usa en el poema para convertir el juego del agua en una experiencia estéticamente romántica. Es esta poderosa perspectiva la que se construye como el punto de la cualidad celeste.
