Etiqueta: día de muertos

Leer Más
música y muerte

El canto de las sirenas: escenas de música y muerte

 No es lícito olvidar, no es lícito callar. Si nosotros callamos, ¿Quién hablará?

Primo Levi

En 1986, Primo Levi publica esta frase en Los hundidos y los salvados, último libro del escritor italiano, sobreviviente del infierno del Holocausto. Ante la implacable formulación de Theodor Adorno en la que planteaba el dilema de escribir poesía después de Auschwitz, Levi sugiere la propia creación artística como una forma de conjurar el horror, de resignificar uno de los episodios más crueles de la historia humana.

Leer Más

Cenar con los muertos

Para todos los muertos y las muertas,

que aún no regresan a casa.

Para mi tito Fino,

 y todos los míos.

Bienvenidos.

Una vez leí un artículo, no recuerdo si en National Geographic o en otro lado, en el que un extranjero contaba su experiencia viviendo el Día de Muertos mexicano. Decía que no concebía cómo comíamos pequeños cráneos de dulce y llenábamos las calles de papel colorido con esqueletos. Se le hacía extraño que la muerte no estuviera ligada con el horror, con la tristeza, con el llanto, sino con la fiesta, el jolgorio y la comida.

Leer Más

Día de muertos: De difuntos y sus canciones

Esta tierra de panteones

De dolientes se ha llenado

Sobre las tumbas, hay flores

Que son ofrenda de los muertos

Y de los vivos, canciones

En el centro hay un ramo de flores recién cortadas. El aire que acaricia los pequeños pétalos amarillos trae consigo aroma de incienso, calabaza y pan caliente. Sal, agua, una cruz grande de madera, todo acomodado entre las pequeñas llamas de las veladoras de colores que alumbran el altar. Algunas gotas de cera caliente se funden entre las graciosas formas del papel picado. Los rostros nos observan fijamente a través del cristal de los retratos; miradas intercambiadas de uno y otro lado. Ya todos están sentados a la mesa. Entre vapores de nostalgia y chocolate caliente el ambiente se va llenando de historias y de risas y de canciones. Una lágrima, dulce como calaverita de azúcar, se resbala por los recuerdos. En esta noche de Día de Muertos, la vida y la muerte al fin han venido a cenar juntas.

Leer Más

EL CULTO A LOS MUERTOS: EN LAS PROFUNDIDADES DEL LABERINTO

day_of_the_dead_display_at_disneylandCaminamos por las calles y viene al encuentro de nuestros sentidos una amplísima gama de estímulos: un ambiente festivo por doquier, disfraces de monstruos, de catrinas y catrines; en los mercados el dulce olor de las flores de cempazúchitl, los sahumerios, el pan de muerto, las calaveras de chocolate y de azúcar; el ambiente se llena de fiestas, los más pequeños piden su calaverita y los literatos que llevamos dentro salen del subsuelo a entonar cantos donde la flaca es la protagonista y va en busca personas o grupos que nos son queridos, si no es que de nosotros mismos. En México es común el sincretismo (si no es que el sincretismo de sincretismos) entre el Halloween y el Día de muertos. Sincretismo de sincretismos porque, si hacemos caso a las historias más difundidas, tanto Halloween como el Día de Muertos son el resultado de la mezcla entre tradiciones precristianas y cristianas, siendo el All Hallows Eve, y el Día de Todos los Santos domesticaciones de tradiciones celtas y de pueblos prehispánicos respectivamente. En nuestro país, en algunos lugares, especialmente en las zonas centro y sur, logran apreciarse aún ritos con rasgos indígenas.