Etiqueta: Cuentistas españoles

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La corbata – Cuento de Aarón Carlos Andrés García

Se apea el sol y la luz extiende sus grandes alas sobre Central Park. Jacob se asoma a los viejos cristales de su mansión. Parece un autómata, pero lo que chirría realmente es la ventana estilo Luis XIV [nota del autor: en un congreso sobre antigüedades alguien que masticaba tabaco insistentemente me aseguró que dicho individuo chirriaba así].

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Las uvas de la memoria || Cuento de Eduardo Viladés

Vinos jóvenes de viura, mezcla de viura con chardonnay, chardonnay sin barrica, chardonnay fermentado en barrica, rosados, tintos jóvenes y tintos de roble, reservas, gran reserva, crianzas, vinos blancos, dulces, de moscatel.

Algunos son afrutados, frescos, deben ser consumidos dentro del año siguiente a su vendimia. Otros son más estructurados y acídulos. Los hay que se bonifican con el paso del tiempo, como las personas. Ciertos caldos se echan a perder, también como algunos seres humanos.

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Parecía tan fácil || Cuento de Manuel Alcalde

Ilustración de Aimeé Cervantes

A Luis de pequeño le molestaban los días de lluvia en que salía el sol. Y era extraño, porque a Luis de pequeño le molestaban muy pocas cosas. Era lo que se dice un chico alegre, de ese tipo que no suele dar problemas, ya me entienden, ese tipo de chicos que crecen sin que haga falta regarlos a diario. Sin embargo, con el paso del tiempo la lista de cosas que molestaban a Luis había crecido monstruosamente, aunque los días de lluvia en que salía el sol, a decir verdad, ahora le traían sin cuidado.

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La hechicera || Cuento de Eduardo Viladés

Pintura: En la Mancha. Dulcinea del Toboso de Cecilio Plá y Gallardo

Cuando era niño, en el colegio nos enseñaban a no hacer nada. Nos animaban a que durante algunos minutos nos tumbásemos encima de la cama o en el sofá y nos perdiésemos mirando al techo. Te concentrabas tanto en un punto blanco sobre tu cabeza que llegaba un momento que parecía que estabas flotando e incluso costaba enfocar la mirada. Era en ese preciso instante cuando nacían las mejores ideas y la mente recargaba las pilas.

Gracias a Julia, retomé esa costumbre en mi edad adulta. Aprendí a despreocuparme. Cuando la conocí, trabajaba como jefe de prensa de unas bodegas en Toledo. Había estudiado dramaturgia y periodismo y era el máximo responsable de un grupo de actores y reporteros que elaboraban guiones teatralizados con el mundo del vino como telón de fondo.