El erotismo sin transgresión no existe
Dalmiro Sáenz
Deseo. Apetito. Hambre. Sed. Intención. Fantasía. Avidez. Ansia. Necesidad. Pulsión. El inicio del erotismo es tan simple como eso: un impulso. Una fuerza contenida. La incitación que acecha entre los recovecos de la posibilidad sugerente. La vista, el tacto, el gusto, el olfato, el oído: los sentidos se agudizan. La expectación recorre la espalda. La respiración se agita, los poros de la piel se abren, la presión sanguínea aumenta, los latidos se aceleran.