Ilustración de Carlos Gaytán
La razón del deseo
Buscar entender en el deseo alguna razón lógica es un despropósito, pues su punto de partida no es cognoscible; incluso, de poder cognoscerse, estaría volcado sobre sí mismo, extendería raíces desconocidas en la abertura del abismo de por sí ininteligible. Si se busca, por otro lado, el devenir deseo, se puede hallar la propia condición deseante como último resultado de todas las disposiciones gestálticas que lo conforman. La voluntad sólo puede ordenar desde el interior del vacío. Esa disposición corre el riesgo de desaparecer en cuanto forme parte de un fenómeno inteligible.