Collage de I. A. Bosco
El pop es a la música lo que el Don Quijote a la literatura; aun más, lo que el Ulises de Joyce es a las letras: el chiste mejor contado en la historia de su propia disciplina. El pop oscila entre los dos terrenos presentes en estas obras: la súper-parodia que, consciente de su condición como una pieza específica de arte que peligrosamente, flirtea con anularse a sí misma bajo su propia absurdidad; al final logra reconfigurar y avanzar la forma de su propia disciplina gracias a un diestro manejo de los rudimentos de composición, narración y clichés generales propios a su medio como sucede en el Don Quijote y algo mucho más cósmico, escandaloso y limítrofe como el espíritu del Ulises; una revuelta de lo macro a lo micro, anarquía del más alto orden.