El que viene
A usar tu lengua vienes…
Macbeth a un mensajero, William Shakespeare
Maten al mensajero, pronto maten al que vino
a decir que Rimbaud desembarcó de su ausencia,
al que jura que la palabra de Sor Juana sabe tan dulce
como un pezón de luna. Maten al impostor, al que aún bebiendo todo
el aguardiente puede recitar sin respiro un palíndromo, dejarse amar
por cien mujeres y recordarlas brutalmente tan sólo con olerlas
en la penumbra. Maten al malvenido, al inesperado, al homérico.
Ciérrenle la puerta en la cara antes de verlo erguido como un lirio.
No podrán resistirlo, les dirá cómo olvidarse de lo que nunca fueron,
los dejará en medio del círculo, los invitará a un banquete de sombras.
Maten al mensajero, al palomo malherido, al desbocado juglar
de las tabernas que apestan de solos. Pónganle hartas piedras,
ciérrenle el camino, háganle un pozo de silencio hasta que caiga.
Niéguenle la soga el salmo la rosa el orgasmo, sobre todo la mirada.
Maten al mensajero: la luz que dice traer es la luz que ya encendimos.
Publicado en Tupé (2010)
*
Lo negro de la nieve
El azar te juega sucio
Los horóscopos deciden
por vos sin vos
La única teoría de las probabilidades
es improbable que pueda aplicarse
a tu cuadro de situación
Una bruja bien podría leerte
la mano nunca el corazón
En la borra del café
no sería extraño hallar pistas
de las mujeres que perdiste
y te perdieron
El olvido es un ejercicio vano
Insobornable como ese detective ciego
que por las noches te encuentra sin buscar
y te dice: sólo los espejos pueden mirarse a sí mismos
No les preguntes ni a ellos ni a la intemperie
Ninguno te revelará lo negro de la nieve.
Publicado en Lo negro de la nieve & otros poemas así (2018)
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Contraluz
Una mujer en braile
para leerla hasta el epílogo de su espalda
Una mujer para sembrarla de huellas
como un torpe ladrón o un detective aún más torpe
Una mujer para tocar como un saxo o un pañuelo de seda
Una mujer como providencial página en blanco
para escribirla hasta colmarla hasta dejarle la piel sucia
como las manos de un poeta que sólo intuye lo que escribe.
Publicado en La lengua del ahorcado (2019)
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Los inolvidables
Como cerrar el piano
y que la música siga sonando
Así de tácitos así de cercanos
Siempre a la vista el tacto o el paladar
Dejando a cada paso migas hilos epifanías
para seguir latentes en este laberinto sin Ariadnas
Como explotar y multiplicarnos
en una imparable lluvia de esquirlas
que a nadie roce que a todos deje cicatriz
Permanecer desde la ausencia urdir la muesca
Ser la llave maestra otra vez los inolvidables
La montaña entre ceja y ceja el camino nunca sus atajos
Que nuestra palabra refleje la tensión de los puertos ajenos
el agitado renacer de los campos la última noche en la tierra
Y en el desierto insomne donde reina el silenciero y su piedra muda
dejar impresas las mejores huellas las inspiradas las definitivas
Que lean a voz en cuello por aquí pasaron los inolvidables
los que cortaron las flores con el filo de sus lenguas
los que amaron hasta dolerse los que odiaron hasta arder
los que bebieron el mejor y el peor vino
los que soñaron morir a lo bonzo en el baño de la biblioteca de Alejandría
los que a una isla sólo se llevarían a sí mismos
Los inolvidables somos capaces de traducirnos de memoria
Nuestro único secreto consiste en saber cuándo cerrar la boca
o abrir ese libro del hambre que empieza y termina entre dientes.
Publicado en La lengua del ahorcado (2019)
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Sotto voce
El secreto es lo único
que nos sobrevive.
En su honor
el silencio debería inmolarse
con los labios sellados
en un grito.
Publicado en Placebos (2004)
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Autor: Rubén Valle (Mendoza, Argentina, 1966). Periodista, poeta y narrador. Ha publicado los libros de poemas Museo Flúo (1996), Los peligros del agua bendita (1998), Jirafas sostienen el cielo (2003), Placebos (2004), Tupé (2010), Grietas para huir (2013, ebook) y Lo negro de la nieve (2018) y La lengua del ahorcado (2019). Integró las antologías de poesía Promiscuos & Promisorios, La ruptura del silencio, Martes literarios y Poesía en Tierra, del Centro Cultural de España en Buenos Aires. Fue miembro fundador del grupo parapoético Las Malas Lenguas y editor de las hojas literarias Tres Agujas y Tiburón Amarillo. Desde 1997 hasta principios del 2000 dirigió la colección de poesía La Mesita de Luz para la editorial Diógenes. Ha publicado poemas en numerosos medios internacionales. En 2006 fue incluido en el documental Poesía Extrema, que reunió testimonios de escritores argentinos y canadienses. En dos oportunidades obtuvo el Primer Premio Certamen Literario Vendimia en la categoría poesía. En el 2007 ganó el concurso Ciudad de Mendoza con su obra Bla!. Como narrador participó de Mitos y leyendas cuyanos (1998), editado por Alfaguara, y de la antología de textos para niños Ellos, los otros & nosotros (2003). En Pampia Grupo Editor publicó los ebooks de relatos breves Desperté en el bosque después de haber soñado un bosque (2013) y La medida de lo posible (2015). En 2020 lanzó su propia editorial digital Peras del Olmo con su libro de microrrelatos Modo luciérnaga. Como periodista ha trabajado en los principales medios periodísticos de Mendoza, entre ellos los diarios Los Andes, UNO y MDZ.