Mensaje
Escribir para la posteridad, dijeron los poetas.
Y el sol encaneció detrás del horizonte,
los árboles dieron sus frutos más silvestres,
del papel brotó la neblina más espesa,
la noche convocó a todas las muertes,
el hombre caminó hasta redimirse,
el cielo apagó todos sus anuncios,
el mar lloró para abrazar sus costas,
el fuego arrojó el primer lamento,
la tierra dio un galope hasta sacudirnos los pies,
los pies buscaron arenas para hundirse;
las arenas, aguas para no olvidarnos del recuerdo del mar;
no olvidamos,
decirle al mar que la muerte no ha despoblado sus playas,
decirle a la noche que la muerte no ha despoblado sus lunas,
que morir es otro eco del mar mientras soñamos,
que nosotros somos la muerte en el intento de redimirla,
que la vida somos nosotros al recordar a quienes mueren
enterrando a quienes viven de la suerte de la unión,
que vamos amando la muerte, porque algo debemos honrar,
que, ante la sospecha del fracaso, aún, tenemos la muerte como guía,
los poetas dijeron que había posteridad porque había cielo,
los poetas dijeron que había posteridad porque había muerte.
*
Sal
Pensaron que el mar estaba enfermo
cuando el cristal invadió las costas,
se preguntaron si el cielo arrojaba la piedra
o si en el agua se gestaba su forma,
sus balsas atracaron en la costa,
la gente observó la ofrenda que el mar les regaló,
estos cadáveres fueron amaneciendo con la noche,
para unos fue una señal de castigo divino;
para otros, el envío celestial para iniciar las cosechas;
la sangre de este tesoro enajenó a los curiosos,
por la boca nació el primer amor al mar
y ese fue el primer mensaje de dios para el pueblo.
*Ambos poemas pertenecen al poemario inédito Sin camuflaje.
***
Autor: David Cacho (2000). Cursa la carrera de Estudios Latinoamericanos en la Facultad de Filosofía y Letras. Forma de Bruno Giordano, un proyecto de música urbana que experimenta con ritmos como el reggaeton, el r&b y el trap.